Una multitud eufórica honra a San Roque en Villarino

Las explosivas fiestas de Villarino de los Aires, en honor a San Roque, alcanzan los últimos días con una entrega absoluta a pesar del calor. Desde la iglesia partió una larga procesión con la dificultad de bajar al santo por las escarpadas escaleras que ascienden hasta el templo. Los mayordomos, la gaita y el tamboril y los charros encabezaron este exhaustivo periplo por las calles engalanadas con mantillas y mantos en cada balcón y ventana, y bajo un arcoiris de banderillas de colores que indican que el municipio está en fiestas.

Los asistentes, vestidos dignos de una boda, siguieron en masa al prelado, a la charanga y a la imagen en la embriagadora atmósfera de aroma a menta, una de las especias que, en rama, los vecinos habían arrojado al suelo, especialmente en determinados puntos del trayecto, comenzando por los aledaños de la iglesia. También el tomillo, el romero y el laurel amortiguaron el paso de los fieles, que se turnaron tres veces, con sumo cuidado, para proseguir el camino, casi a la altura de una romería en cuanto a distancia.

Finalmente la procesión entró en el coso taurino dispuesto para las fiestas, donde un convite de perrunillas aguardaba para los asistentes. Hasta algún que otro cohete sirvió para celebrar esta entrada. Pero antes, unos bailes animaron la plaza para conducir nuevamente al santo a su hogar en la iglesia, en la que continuaba un suave repiqueteo de campanas.

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