Un millar de romeros en El Cañedo

El paraje de El Cañedo, junto al Castillo del Buen Amor en la localidad de Topas, volvió a quedarse pequeño para acoger a la gran cantidad de devotos que acudieron a la tradicional romería en honor a la Virgen de los Remedios.

Más de un millar de personas compartieron la jornada de campo en la que destacó la concurrida eucaristía de campaña de las doce de la mañana que se desarrolló en la pradera anexa a la pequeña ermita.

Con los bancos llenos de peregrinos y cientos de personas siguiendo de pie la celebración, los elementos más singulares de la mañana fueron los paraguas. Los hubo de todos los tamaños y colores a lo largo de distintos momentos de la romería, puesto que los asistentes los emplearon para protegerse del intenso sol que lució en los momentos de las celebraciones religiosas que se desarrollaron con más de 35 grados.

Este año, acompañando a la Virgen de los Remedios en su paseo en torno al espectacular Castillo del Buen Amor, estuvo el grupo de mayordomas salientes compuesto por: Natalia Calvo, llegada desde Villamor de los Escuderos, y las vecinas de Topas: Marta Hernández, Helga Morate, Nerea Hernández, Ana Domínguez e Inmaculada Domínguez, que habían espera tres años para poder ejercer este cargo.

La imagen de la talla, en sus andas cuajadas de flores y acompañada por sus pendones azul y granate, en su recorrido por los jardines y el paraje del Castillo a hombros de distintos vecinos de la localidad de Topas, volvió a ser la más fotografiada por los devotos.

Como contribución al mantenimiento de la ermita de la Virgen de los Remedios a lo largo de los últimos meses las mayordomas han realizado algunas tareas como la reposición de parte de un canalón, así como el adecentamiento de la iglesia y la parcela para la celebración festiva ante el público. Asimismo, aportaron distintos obsequios para la subasta que se celebró tras la adjudicación de las andas de la Virgen.

Este año cada una de las andas delanteras se remató en cien euros, en tanto que la trasera derecha se subastó en cincuenta y por la trasera izquierda de pujaron ochenta euros.

La larga jornada de fiesta y convivencia para los participantes en la romería contó con distintos establecimientos de hostelería que se instalaron en la pradera junto a la ermita, así como otros artesanos armuñeses, que elaboraron en directo dulces, y las habituales tiendas en las que se pudo comprar desde un sombrero, hasta bolsos y otros artículos.

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