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Alba de Tormes
Viernes, 13 de octubre 2023, 09:26
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Mirar al cielo nocturno estrellado es algo que ha atraído al hombre desde tiempos inmemoriales, pero era algo de lo que tan solo los estudiosos podían hablar con propiedad durante muchos siglos.
Ahora el turismo de astronomía está de moda y cada vez atrae a más público, puesto que tanto las herramientas para disfrutar de la experiencia, como los lugares en los que hacer las observaciones con tranquilidad, comienzan a ser un referente también para los ayuntamientos que apuestan por ellos como nuevos elementos para potenciar las visitas a sus localidades.
Alba de Tormes es la última en sumarse a esta tendencia y lo ha hecho hace pocos meses con la habilitación de un observatorio en uno de los puntos más altos de su término municipal: el teso de la emita de la Virgen de Otero.
Se trata de una atalaya natural desde la que se divisan decenas de kilómetros de las llamadas «terrazas del Tormes», tanto aguas arriba como aguas abajo, por las que ha discurrido durante miles de años el cauce del río y decenas de kilómetros de territorio de la comarca.
La limpieza del cielo en este punto, con un grado de contaminación lumínica bajo al no tener demasiado cerca el alumbrado nocturno de Alba de Tormes, permite disfrutar por tanto de las 24 horas del día de las perspectivas que ofrece, bien del paisaje que en días claros incluso permite vislumbrar los perfiles de las Sierras salmantinas y Gredos, y por la noche de 360 grados de visibilidad del cielo nocturno.
Para poder disfrutar de este paraje no es necesario ser un entendido en la ubicación de las estrellas y constelaciones, puesto que se han instalado distintos atriles y señalética que permite a los profanos, incluso niños, adquirir algunos conocimientos básicos para disfrutar de la experiencia.
Así, por ejemplo, se puede encontrar una señal en la que se indica, tanto la dirección como la distancia a la actual estrella polar, en concreto 433 años luz. En la actualidad Polaris es la estrella más cercana al Polo Norte Celeste, pero no siempre ha sido así, y apenas lleva este título desde hace un millar de años. Lo conservará hasta el año 3.500 cuando deberá cederlo a Errai, que será la más cercana en ese momento y lo ostentará hasta el año 6.000.
Asimismo, en el observatorio se explica el fenómeno de la precesión de los equinoccios con el cambio de la orientación del eje de rotación de la tierra que se produce con el paso de los milenios. Para los que acudan aprovechando las horas nocturnas también hay indicaciones sobre qué se puede ver a simple vista en un día claro, como por ejemplo las distintas constelaciones y asterismos que se pueden ver en la bóveda celeste, e incluso las estrellas que las componen. Para los más novatos en el panel se indica además la forma más sencilla para ver estas formaciones, bien se trate de tener que usar unos prismáticos o bien haya que recurrir a un telescopio. Se indica en la señalética instalada donde mirar en la bóveda celeste con el objetivo de que la experiencia pueda ser lo más completa posible y sencilla. Hércules, El Cisne, La Lira, Capricornio, Sagitario e incluso la Corona Austral son algunas de las constelaciones que se pueden ver con facilidad.
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