Los pocos madrileños que escapan del ‘cierre’ no salvan el puente para el turismo

Así lo confirma el diputado de Turismo, Javier García Hidalgo, que lamenta las consecuencias que esta situación ha tenido para Salamanca. “El sector se ha resentido porque nos ha supuesto perder al principal territorio que nos surtía de turistas”, lo que traducido en cifras ha significado perder entre el 20 y el 30% de las reservas previstas.

Y eso, reconoce el responsable de Turismo de la Diputación, a pesar de que algún madrileño adelantó sus vacaciones al jueves (anticipándose a la declaración oficial del estado de alarma) y pudo llegar a la provincia. “Eso ha hecho que no perdiéramos todas las reservas previstas y que al final la ocupación en la provincia vaya a rondar el 60%”.

García Hidalgo cree que la pandemia ha reforzado al turismo seguro que “vende” la provincia de Salamanca, con grandes zonas como las Sierras de Francia y Béjar o las Arribes del Duero que aunan naturaleza y patrimonio cultural en pequeñas poblaciones, algo que el turista busca en esta nueva normalidad postCOVID.

“El turismo rural ha funcionado muy bien durante todo el verano, donde hemos visto que incluso ha salido reforzado”, reconoce el diputado. El “tirón” se ha notado especialmente en la hospedería “con estancias más largas” y menos en la restauración “por el problema de limitación de aforos que ha impuesto la normativa sanitaria”, explica García Hidalgo, aunque en cualquier caso “se superaron todas las expectativas previstas”.

El sector del turismo rural confía ahora en el otoño (una de las épocas fuertes para el turismo de interior) para tratar de compensar un puente de El Pilar que se ha quedado a medio gas.