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Sábado, 24 de diciembre 2022, 11:14
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Dos décimos del segundo premio de la lotería de Navidad, el número 04.074 que está premiado con 125.000 euros por décimo, han hecho sonreír a los miembros de dos familias agraciadas con este premio en localidad armuñesa de La Vellés.
La celebración se centra en el bar de Policarpo Macías, que asegura que con el premio, del que Hacienda se lleva 17.000 euros, tiene intención de hacer un viaje, para el que todavía no tiene destino, (aunque su mujer Begoña Montes apunta a Zanzíbar). “Llevaba dos días pensando que iba a pasar algo bueno y no sabía qué podría ser hasta que mi cuñado me dio la noticia de que nos había tocado la lotería. En total 250.000 euros para las dos familias”, señalaba Poli Macías.
“Si el Real Madrid llega a la final de la Champions también me iré a verlos con toda tranquilidad”, asegura Poli Macías, que también baraja “invertir en ladrillo” otra parte del dinero. A sus 61 años, lo de jubilarse y cerrar el bar “todavía no es un planteamiento a corto plazo”. Es la segunda vez que la suerte visita a este risueño hostelero al que hace varias décadas la Primitiva obsequió con 400.000 pesetas.
Lo que será algo más especial será el día de los Reyes Magos, con regalos un poco más generosos, como por ejemplo el viaje a Nueva York que ha pedido su hija de 10 años y que realizarán dentro de un tiempo en familia.
Al pie del cañón, desde antes de las siete de la mañana, sigue trabajando y sirviendo cafés a vecinos y transportistas, que suponen parte importante de su clientela, a pesar de que su cuenta corriente es un poco más importante gracias a su cuñado José González que es transportista.
“En un viaje llevando hasta Olot materiales de panel sandwich hace tres meses compré en un bar los dos décimos”, relata José González, “cuando llegué a casa le propuse a Poli el intercambio de décimos y aceptó”.
Un audio en su whatsapp por parte del cliente de Olot al que le llevó el pedido le alertó de que era posible que los décimos estuvieran premiados, algo que comprobaron minutos después.
José ya ha depositado en el banco el décimo y asegura que su destino será invertir en hacer una bodega “para disfrutar con familia y amigos de comidas y citas especiales. Algún viaje también haré con la familia cuando llegue el buen tiempo y el resto se quedará invertido”. Jubilarse no es una opción para este transportista de 55 años al que el premio le ha pillado solo en casa: “No veré a mi mujer y mi hijo hasta el día de Navidad porque están trabajando fuera y mi mujer, por ejemplo, tiene turno de noche en un hospital y no volverá hasta el día 25 por la noche”.
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