La lluvia obliga a suspender en Alba el Santo Entierro

Las tradiciones de los cofrades albenses se vieron truncadas por la lluvia que obligó a suspender la procesión del Santo Entierro, un desfile para el que, desde primera hora de la tarde, se había planteado un recorrido corto para intentar evitar la mala climatología.

Lo que sí se pudo llevar a cabo, y con la iglesia románico mudéjar de San Juan llena, fue el tradicional acto del Descendimiento, en el que este año el sermón estuvo dirigido por la Comunidad de las Madres Benedictinas de Alba de Tormes, que al final de la cita religiosa recibieron como obsequio de las cofradías del municipio un «benditero» hecho con la alfarería tradicional de la villa ducal.

A pesar de la espera, que se alargó pasadas las ocho de la tarde, para valorar si el mal tiempo ofrecía un paréntesis en el que poder llevar a cabo la procesión, a la que este año como novedad, se sumaba el paso de la Verónica tras medio siglo de ausencia, los catorce pasos se quedaron en San Juan.

La que si se pudo celebrar fue la procesión de El Silencio, con el paso de la Madre de Dios, que transitó por las calles de la villa ducal pasadas las once de la noche, en su recorrido desde San Juan hasta la plaza de Santa Teresa.

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