La localidad salmantina que conserva intacto el lugar donde se desarrolló una batalla histórica

La historia recuerda que esta fue una gran victoria del ejército anglo-hispanoportugués al mando del general Arthur Wellesley, primer duque de Wellington que tenía a sus órdenes cerca de 50.000 soldados, sobre las tropas francesas al mando del mariscal Auguste Marmont que disponía de 47.000 combatientes.

Para comenzar la travesía, uno de los puntos más importantes es la ermita de la Virgen de la Peña, situada en Calvarrasa de Arriba, donde tuvieron lugar las primeras disputas de la batalla con el ejercito francés y se puede visualizar todo el Campo de Batalla. Un espacio que está dividido en dos por la antigua línea del ferrocarril convertida en la actual Vía Verde, que lo atraviesa desde el noroeste hasta el sureste, pasando junto a los dos arapiles.

Sin duda, la mejor manera para disfrutar de este lugar histórico es a pie, ya que, los accesos en coche son complicados. El lugar de batalla es uno de los que mejor se conserva porque prácticamente está igual que hace más de 200 años. Otros puntos de interés cercanos al Campo de Batalla son el Teso de San Miguel, las calles de Arapiles o el Teso de las Zorreras en Miranda de Azán, entre otros.

Este Sitio Histórico de Arapiles puede visitarse cualquier día del año y se puede ascender a pie hasta los dos altozanos que dieron nombre a la contienda. Además, este punto de la geografía salmantina está reconocido desde 1994 como Bien de Interés Cultural en la categoría de Sitio Histórico.

En el casco antiguo de Arapiles se ubica el Aula de Interpretación de la Batalla en la que se puede encontrar información muy detallada sobre la jornada de gloria para el ejército de Wellington.

Paneles, artefactos que se emplearon en la contienda, réplicas de uniformes de los distintos soldados que combatieron en el campo de batalla e incluso réplicas de las armas se pueden ver en este lugar. Además de una espectacular maqueta de más de 5 metros de longitud con 5.200 figuras que permiten mostrar una imagen clara de la posición de los ejércitos el día de la batalla.