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EÑE/ Paula Zorita

Matilla de los Caños

Domingo, 8 de junio 2025

Modo oscuro

El son del tamboril marcó, como cada año, el momento más esperado: la salida en procesión de la Virgen del Cueto. Fue en torno a la una del mediodía cuando la «reina» del campo charro volvió a recorrer los alrededores de su ermita, arropada por cientos de fieles que no quisieron faltar a esta cita ineludible del calendario religioso y popular salmantino.

La jornada ha comenzado con una eucaristía donde no cabía un alfiler. La misa fue oficiada por el obispo emérito de Riobamba, Julio Parrilla, quien se ha mostrado sorprendido por la magnitud de la celebración: «No conocía esta tradición de la Virgen del Cueto y me he quedado impresionado. Es una gran oportunidad no solo para renovar la fe, sino para mantener viva la unidad del pueblo», ha declarado en exclusiva a LA GACETA. El recuerdo del recientemente fallecido párroco de la ermita, Florencio González, estuvo muy presente tanto en la misa como en la posterior romería.

Este 2025, la mayordomía de la Virgen ha estado en manos del grupo folclórico charro Surco, que ha puesto música, voz y baile a toda la jornada. «Ser mayordomos ha sido una emoción muy grande», afirmó Nieves Sardón, secretaria del grupo, quien insistió en que se considera «una más» dentro del conjunto. Surco ofreció a la Virgen un manto especialmente confeccionado para la ocasión, que la imagen lució con solemnidad. A la salida de la ermita, fueron ellos quienes dedicaron los primeros bailes, con cintas de colores al ritmo del tamboril y la dulzaina, despertando el aplauso de los presentes.

Durante la procesión, no han faltado los trajes típicos, el colorido de los bailes tradicionales salmantinos ni los gestos de fe. El recorrido se detuvo brevemente para que el grupo folclórico pudiera recibir los donativos de los fieles, una muestra más del compromiso de la comunidad con sus tradiciones.

El día grande de la Virgen del Cueto fue también una jornada festiva para las familias que, aprovechando el buen tiempo, compartieron un vermú en plena campiña y degustaron la paella que varios bares habían preparado para la ocasión. Los más pequeños, por su parte, han vivido su particular fiesta entre juguetes, risas y puestos ambulantes que han dado a la romería ese aire de feria tan característico.

Una celebración que ha vuelto a conjugar espiritualidad, folclore y convivencia en un escenario único del campo charro, donde la devoción por la Virgen del Cueto sigue pasando de generación en generación.

Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
Fe intacta por la Virgen del Cueto
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Fe intacta por la Virgen del Cueto

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lagacetadesalamanca Fe intacta por la Virgen del Cueto

Fe intacta por la Virgen del Cueto