Fuenteguinaldo despide las fiestas con un apasionante último encierro

A pesar de que el fin de semana ha llegado a su fin, y con él, casi la totalidad del verano, Fuenteguinaldo aún hace gala de un gran ambiente festivo, precisamente en el último día de San Bartolomé, que coincide con el día de las peñas, que exprimen hasta el último momento de celebraciones.

El entorno, engalanado en balcones y barandillas con los mandalas tejidos por la asociación de mujeres Damajuanas, fue por cuarto día el escenario perfecto para que jinetes y astados hicieran restallar pezuñas y cascos en el empedrado que salpica la plaza de la iglesia. Aunque el encierro estaba programado para las 12:00 horas, no fue hasta tres cuartos de hora más tarde cuando el encierro cruzó en dirección a la plaza, debido a la caída previa de un caballista a causa de uno de los novillos, el cual resultó ileso, para tranquilidad de los inquietos espectadores que aguardaban impacientes.

El repique de campanas que anuncia la llegada del encierro animó de nuevo al público, y en cuanto este se intensificó sin pausa alguna, los corredores se dirigieron hacia la plaza seguidos por los garrochistas, que pudieron conducir sin dificultad a todas las reses salvo por un último novillo colorado que decidió entretenerse por el camino y descansar.

El público, agradecido por el regalo inesperado, llamó al imponente novillo, que finalmente fue reconducido por los caballistas hasta la plaza. Así, un apasionante último encierro mixto desde la finca de El Guardao, con astados de la ganadería Hermanos Mateos, marcó el fin de la jornada matinal, a la que sigue una tarde de capea en la que cada peña costea y disfruta una vaquilla durante un Gran Prix.

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