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Retrato del profeta Isaías de medio cuerpo. J. H.
Los frescos custodiados en el templo de Macotera

Los frescos custodiados en el templo de Macotera

Detrás del retablo de la capilla mayor de la iglesia parroquial se conservan pinturas del retrato del profeta Isaías, las figuras de san Jerónimo, la de la Virgen y grandes jarrones de azucenas que formaban parte de un gran lienzo

Lunes, 4 de noviembre 2024, 17:07

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La gran iglesia de Santa María del Castillo de Macotera conserva verdaderos tesoros artísticos escondidos a los ojos del fiel que frecuenta este templo para orar y participar en los cultos católicos.

Una de las joyas del patrimonio macoterano se esconde tras el retablo de la capilla mayor de la iglesia. Se trata de un gran lienzo correspondiente a un retablo de pintura al fresco, explica el macoterano Eutimio Cuesta Hernández, que amante de la historia de su pueblo se ha encargado de recopilar esta información.

Este hijo de Macotera autor de publicaciones sobre su pueblo explica que según la interpretación de algún especialista, estos frescos, pudieron realizarse en un periodo anterior al asentamiento del retablo actual, entre finales del siglo XVII y mediados del XVIII.

Ha podido verificar este dato indagando en los archivos, en concreto en un apunte recogido del libro de fábrica, en la anotación que habla de una visita del obispo a la iglesia en 1702 ordenó a los curas y alcaldes: «que se limpien y retoquen las pinturas del retablo de la capilla mayor».

Eutimio Cuesta detalla que las pinturas al fresco se localizaron en el retablo, en las paredes de la capilla mayor y sus frontales. «Así lo certifican restos de pintura descubiertos junto al púlpito y detrás de la sillería del lado de la sacristía», detalla.

Los restos de pinturas al fresco que se conservan tras el retablo actual de la capilla mayor fueron restaurados en 1991 por la empresa Murice Conservación y Restaura.

En la actualidad, con el permiso del párroco Antonio Carreras se puede visitar y contemplar la viveza del color que se conserva en algunas de las pinturas al fresco que permanecen ocultas tras el «magnífico retablo de cascarón» cuya construcción fue autorizada en 1752 y fue dorado a partir de 1763 según la información recopilada por Antonio Casaseca en su 'Catálogo monumental de Peñaranda de Bracamonte'.

«Tras el altar se han conservado algunas pinturas que representan a los Evangelistas. Destaca la figura de Isaías bajo fingido enmarcamiento que recuerda obras de retablos. La pintura parece obra de finales del siglo XVII y no de excesiva calidad», detalla Antonio Casaseca en su obra editada en 1984.

Según la descripción aportada por Eutimio Cuesta, «aún se conservan en buen estado el retrato del profeta Isaías de medio cuerpo, contemplativo, con manto y turbante de color rojo, en el primer cuerpo; en el segundo, la figura de san Jerónimo, con roquete y manteleta de color púrpura, con su mirada prendida en lo alto, larga barba, calvo, en su mano izquierda, la Biblia y, a sus pies, el león; en el tercero, la figura de la Virgen, y en los laterales, grandes jarrones de azucenas y en parte de su zócalo».

Faltan bastantes partes de esta obra pero se trata de un recurso más de este templo que fue declarado Bien de Interés cultural el 24 de julio de 1984 y cuenta con otras obras de gran valor como es el caso del artesonado y la tribuna.

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