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Victorina Hernández, ha alcanzado el siglo de vida en Carpio Bernardo que es su localidad natal. EÑE
«Me encanta ver Pasapalabra y La Ruleta de la Suerte»

«Me encanta ver Pasapalabra y La Ruleta de la Suerte»

Victorina Hernández suma este miércoles el siglo de vida en su localidad natal, Carpio Bernardo, donde siempre ha residido, alcanzado sus Bodas de Oro y criado a su descendencia

EÑE

Carpio Bernardo

Miércoles, 4 de diciembre 2024, 13:09

Llegar a los cien años es todo un reto y ese es el cumpleaños que alcanza hoy, en Carpio Bernardo, Victorina Hernández rodeada de sus familiares y vecinos de toda la vida.

La nueva centenaria que se incorpora al club de más de trescientos sesenta grandes veteranos de la provincia nació, creció, se casó y aún reside en esta pequeña localidad de poco más de medio centenar de habitantes de la comarca albense.

Victorina creció en una familia humilde, dedicada al campo, y perdió a su madre siendo muy pequeña, algo que hizo que se encargase de cuidar a dos hermanos menores que ella. Pasó por el altar a los 23 años, en 1947, y junto su esposo, Evangelista, tuvo 5 descendientes de los que tan solo 2 llegaron a la vida adulta. Su vida cotidiana se centró en la agricultura y la ganadería y en la actualidad cuenta con 4 nietos y otros tanto bisnietos, siendo el más pequeño un bebé de apenas un año. Todos ellos la adoran. La tranquilidad de la vida en el pueblo ha sido una constante para ella, puesto que ni siquiera la Guerra Civil causó molestias en su día a día, ni pasó necesidades.

De su día a día actual Victorina resalta: «Me encanta ver en la televisión algunos programas como Pasapalabra y La Ruleta de la Suerte». También es aficionada a leer las revistas del corazón de la A a la Z, así como jugar a las cartas, en concreto al cinquillo.

La transformación de su municipio natal es algo que ha vivido paso a paso. Comenzó en los años 90, cuando llegó el agua corriente al pueblo, algo que supuso poder modernizar algunas tareas, que hasta ese momento eran bastante duras, ya que por ejemplo labores como lavar se hacían sacando agua del pozo.

Victorina celebró en 1997 sus Bodas de Oro y una década después se quedó viuda. La vida hizo que tras su pérdida conociese el mar, viajó en avión e incluso en tren de alta velocidad y pasó sus primeras vacaciones fuera de su casa, junto a su cuñado y cuñada.

A día de hoy sigue teniendo actividad cotidiana y acude a un local social junto a una cuñada con Alzheimer y otras mujeres el municipio, algo que le permite mantener una red social inigualable con la que los jueves comparte café y partida de cinquillo a las cartas. También de manera regular participa en talleres de memoria y de gerontogimnasia.

Alcanzar el siglo de vida también supone algunos achaques médicos y hace un año sufrió una caída fortuita y se fracturó el fémur, superó la intervención y la recuperación posterior. Cuatro meses sin apoyo no han podido con su fortaleza de roble. En casa camina con ayuda o con un andador y en la calle realiza la movilidad en silla de ruedas.

El verano pasado sufrió la pérdida más dura y dolorosa de su vida, murió su hija a los 72 años tras una lucha incansable contra el cáncer. Victorina, que hoy arranca su camino hacia su cumpleaños 101, está acompañada 24 horas al día por su hijo y recibe ayuda a domicilio 365 días al año.

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