Un emotivo homenaje a 64 años de labor pastoral en Béjar y su comarca

La localidad de Valdesangil celebró el pasado mes de septiembre un sencillo homenaje a don Agustín Jiménez, , conocido como “Don Agus”, su párroco desde 1960 y la parroquia de San Juan hizo lo propio ayer como coadjutor de esa iglesia.

Antes de partir hasta Plasencia para disfrutar de un merecido descanso, fue ayer el protagonista de un emotivo acto en la iglesia de San Juan. En una misa amenizada por la coral de Béjar, Agustín Jiménez, se rodeó de los fieles de la iglesia de San Juan y de los municipios de Vallejera de Riofrío y Valdesangil para acompañarle en uno de sus últimos actos como sacerdote. Arropado por párrocos diocesanos de la zona, Agustín Jiménez se emocionó al recibir el cariño y la emoción de sus feligreses en esa penúltima eucaristía ya que se despedirá hoy de Vallejera de Riofrío.

Emocionado, se dirigió a los presentes para hacer gala de su humor y despedirse para iniciar una nueva vida no sin antes recibir un regalo de la directiva de la Cofradía de la Santa Vera Cruz. No faltó el recuerdo a los sacerdotes ya fallecidos. El arcipreste y párroco de San Juan, Roberto Hernández, agradeció a don Agustín su labor pastoral y le calificó como “un buen pastor y un ministro extraordinario” por lo que dio gracias a Dios.

Cambiará su lugar de residencia desde la pedanía de Valdesangil a la residencia del Obispado en Plasencia, donde será recibido por Francisco Rico Bayo y el obispo emérito, Ciriaco Benavente.

EL DETALLE

Cumplirá el próximo mes de diciembre 89 años, pero tenía apenas 24 años cuando llegó a Valdesangil para ser el párroco de esa pedanía de Béjar. Es un ejemplo vivo de la entrega a Dios y a la labor sacerdotal en un entorno rural donde ha logrado estrechar lazos con sus feligreses, pero con sus compañeros sacerdotes. “Es un sacerdote para siempre” aseguró ayer Roberto Hernández.

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