Emoción y riesgo en la primera carrera de Hinojosa de Duero

Vibrante, arriesgado y veloz, son los adjetivos que mejor definen el primer encierro a caballo celebrado este lunes en Hinojosa de Duero dentro de las fiestas en honor a San Juan. Una cita que permitió convivir tanto a los mozos como a los caballistas en un bello encierro que dejó un buen sabor de boca en los aficionados.

Con las nubes amenazando con descarga algo de agua, como ocurrió al final del evento con la caída de algunas gotas, la jornada del lunes notó el ambiente de día laborable y eso repercutió en una menor presencia de público. Los jinetes también se tomaron con calma el arranque del encierro, ya que llegaron a cuentagotas y eso propició que el comienzo de la carrera se demorara más allá de las 12:00 horas del mediodía.

Un cuarto de hora después, el sonido del cohete avisó de la salida de los erales y bueyes que viajaron durante todo el recorrido compactos, manteniendo el grupo y secundados por el grupo de garrochistas. Con una gran velocidad, los animales entraron en el casco urbano de Hinojosa y afrontaron la subida hasta la plaza de toros, con un nutrido grupo de mozos abriendo el camino.

En este tramo final fue dónde el riesgo se sumó a la cita, cuando uno de los ejemplares de Miranda de Pericalvo apretó el paso y obligó a esprintar a un par de mozos que corrían delante de sus astas y buscar cobijo en la valla más cercana. Finalmente, en apenas media hora, culminaba el encierro tras dejar a los bravos en los toriles y el regreso de los mansos hasta el punto de salida custodiados por los caballistas.

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