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La entrada al municipio. EÑE
El tormento de este pueblo salmantino que, a 11 km de la capital, no tiene agua potable

El tormento de este pueblo salmantino que, a 11 km de la capital, no tiene agua potable

Está a la espera de un informe de la CHD

Miércoles, 11 de noviembre 2020, 18:13

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En pleno siglo XXI y a tan sólo 11 kilómetros de Salamanca todavía queda un pueblo sin agua corriente y sin red de saneamiento. De hecho, Mozodiel de Sanchíñigo, pedanía de Villamayor de Armuña, es el único pueblo de la provincia salmantina que no tiene estos servicios básicos que hace décadas solucionaron el resto.

Sus vecinos llevan años pidiendo unas mejoras mínimas que les permitan conectar sus viviendas con un colector de aguas residuales municipal y tener agua potable en sus domicilios. Ahora, cada casa tiene una fosa séptica y cada vecino un pozo o un sondeo que le da agua, pero normalmente no sirve para beber. Una situación tercermundista que se agrava por otras deficiencias como calles de zahorra y sin asfaltar, no hay acerados, un sistema de iluminación antiguo... Vivir en Mozodiel es como hacer un viaje en el tiempo a la España de la década de los 50.

Hace un año, la Diputación se comprometió a ejecutar la obra de la conexión de la red de saneamiento. Un proyecto que está listo, pero a falta de adjudicar, ya que necesitan un informe de la Confederación Hidrográfica del Duero, CHD, que no termina de llegar y por el que esperan desde el pasado mes de febrero.

Este bloqueo supone no solo que los vecinos sigan sin poder tratar sus aguas residuales de forma colectiva, sino que ha atrasado también la instalación de la red de abastecimiento de agua potable, una obra a la que se ha comprometido el Ayuntamiento de Villamayor a la par que se ejecutaban los trabajos de la de saneamiento.

“Es algo fundamental”, como aseguran los pocos vecinos con los que cuenta la localidad. “El resto de cosas se pueden ir haciendo poco a poco, tenemos calles sin asfaltar y hay mejoras que hacer, pero el saneamiento es necesario y urgente”, insisten.

El proyecto tiene una dotación presupuestaria de 48.200 euros desde octubre del año pasado y el objetivo, tanto del Ayuntamiento de la localidad como de La Salina, era que la obra pudiera estar terminada antes de 2020, sin embargo, el proyecto está colgado a espera de un informe de Confederación que no termina de llegar.

Un problema ya no solo de salubridad y medio ambiente, sino que impide también el asentamiento de nuevos vecinos que están interesados en vivir en la localidad y disfrutar de la ventaja de un entorno natural a diez minutos de Salamanca pero que son reacios al saber que no cuentan con unos servicios básicos.

“Nos gusta la tranquilidad del pueblo y tampoco queremos que esto se llene de gente, pero es verdad que el no tener unos servicios mínimos como saneamiento o agua potable hacen que muchos prefieran instalarse en otros municipios a pesar de estar tan cerca de Salamanca”, afirma un vecino.

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