Secciones
Destacamos
Martes, 25 de mayo 2021, 14:13
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Opciones para compartir
Con tan solo veinte habitantes, este oasis serrano ofrece al turismo sosiego y paz en un entorno incomparable. Es fácil dejarse seducir por los múltiples senderos que rodean su casco histórico, desde los cuales es posible divisar un castillo y una cueva.
Algunos de estos terrenos son escarpados y solo aptos para los más experimentados, pero cada verano La Bastida se llena de vida con los campamentos infantiles, y el estanque del municipio recibe a bañistas acalorados.
En la propia villa es posible visitar edificios históricos como la Iglesia de San Francisco, que data del siglo XV, y luce con orgullo uno de los retablos más antiguos de la provincia, atesorando a su vez una talla muy especial de encomiable valor. Las dos estatuas de San Francisco datan del siglo XVII y XVIII respectivamente.
Aunque las fiestas de San Sebastián no pueden en tiempos de pandemia congregar a vecinos, familiares y amigos, los meses estivales en esta humilde localidad de la Sierra de Francia es un refugio envidiable para visitar otros municipios próximos, y dispone de una casa rural de gran capacidad.
Se trata de un hervidero de euforia infantil y juvenil que cada verano potencia La Bastida con actividades, rutas y ocio desenfadado. Desde sus senderos es fácil llegar a otros municipios serranos, así como divisar la grandiosa estampa serrana.
Se trata, a fin de cuentas, de un paraíso rural de calma y armonía que conecta a través de sus ramificaciones en forma de caminos con los distintos atributos de la Sierra de Francia.
Actualmente el término municipal dispone de una capacidad de un camping con aparcamiento para autocaravanas reservado para excursiones escolares y viajes organizados, y antaño, cuando el merendero estaba abierto al público, acudía gente de todas las partes del territorio español para disfrutar del ambiente hogareño de un pueblo que recibe con los brazos abiertos a todo visitante tras el silencioso invierno.
La cueva de La Quilama, que pertenece al término de Navarredonda, en la antigüedad pertenecía a la Bastida; además lleva ligada a una leyenda más famosa de La Bastida: “Alarico y La Quilama”, una historia de sucesiones y romances. En cuanto al monte del Castillo, desde su cima se divisan todos los pueblos de los alrededores y Las Quilamas, el conjunto montañoso que envuelve el río Quilamas.
Para disfrutar de ocio distendido al aire libre, el visitante puede acudir a Las Heras, un generoso prado donde solían pastan los burros, y que a día de hoy se ha convertido en el espacio en el que los jóvenes del pueblo practican deportes como el fútbol.
Contenido patrocinado por el Ayuntamiento de La Bastida
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.