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Antonia, sentada y con una original corona, junto a nietos y bisnietos durante la celebración.
El consejo de una centenaria salmantina: “Disfrutad de la vida, que son dos días”

El consejo de una centenaria salmantina: “Disfrutad de la vida, que son dos días”

San Esteban de la Sierra celebra los cien años de vida de Antonia Huerta, que recibió un homenaje del Consistorio

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Martes, 7 de marzo 2023, 11:32

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“Es la primera vez desde que yo soy alcalde que alguien cumple 100 años viviendo en San Esteban”, señala Antonio Agustín Labrador, regidor de San Esteban de la Sierra, a la hora de hablar del homenaje que el pueblo ha rendido a Antonia Huerta que, además, es su abuela. Sabe que hay más centenarios de San Esteban, pero no viven en el pueblo y es que una de las particularidades de la señora Antonia es que toda su vida la ha hecho en la misma localidad.

“Mi abuela es la mayor de nueve hermanos, ya fallecidos todos salvo ella. Fueron carniceros toda la vida y trabajaron el campo también, pero junto con mi abuelo regentaban una carnicería y mi abuelo iba a buscar el ganado, andando casi siempre”, rememora. “Siempre ha vivido aquí. Tuvo un hijo y crió a los tres que eran hijos de mi abuelo. Tiene diez nietos y doce bisnietos”, explica Antonio, que recuerda una paradójica frase que les dice su abuela a toda la familia: “A todos los nietos, bisnietos y tataranietos siempre nos ha dicho que disfrutemos que la vida, pues son dos días pero ella ha llegado ahora a los 100 años”.

Esa familia, y gran parte del pueblo de San Esteban no faltaron a su fiesta de centenario organizada por el Consistorio. No faltó ni el tamborilero. Ella vive ahora en la residencia de mayores de la localidad, donde entró en octubre de 2021, pero, al enviudar pronto, vivió sola hasta el fallecimiento de su nuera, cuando marchó a vivir con su hijo.

Pese a la edad, mantiene algunas habilidades que no ha olvidado y, como relata Antonio, “le ha gustado hacer siempre perronillas”. De hecho, enseñó a hacerlas a Sandra, mujer de su nieto Javier, en el restaurante que tiene en el pueblo. Hace también rosquillas y sus tortillas eran afamadas en la familia. Pero no por el hecho de estar ahora en la residencia se ha olvidado de ello ya que, como explica su nieto: “En la residencia también ha cocinado para todos en alguna ocasión , es fuerte de naturaleza, siempre de buen humor, generosa con su familia y nada interesada”.

Además de la comida, sigue haciendo ganchillo, porque le gusta, y hace bufandas, tapetes y centros para mesas “y todo sin gafas”. En su caso, la vida han sido más de dos días y su familia quiso reunirse para celebrarlo junto con todo el pueblo de San Esteban. Era un motivo más de encuentro y celebración y, por eso, su familia ofreció un ágape para todos los que se quisieron acercar hasta el entorno de la residencia de mayores, donde Antonia manifestó su alegría por estar rodeada de la familia. De hecho, todos los nietos y bisnietos soplaron las velas con ella.

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