«Santa Teresa siempre estuvo a mi lado en el poste de la portería»

Durante estos días de veneración de Santa Teresa en Alba, además de peregrinos y visitantes, también se han dejado ver caras más que conocidas para el grueso de la sociedad salmantina, es el caso de Jorge D'Alessandro. El ex futbolista y ex entrenador de la Unión Deportiva Salamanca afirmó que «la Santa estuvo siempre a mi lado en el poste de la portería; ella, tan pequeña y tan gigante, me dio siempre mucha fuerza espiritual». Sobre la veneración afirmó que se trata de «un acontecimiento importante para Alba de Tormes y para el mundo entero; una exposición de este tipo lo que hace es hacer a la Iglesia mucho más humana y participativa con toda la comunidad cristiana». «Como católico y teresiano, muy agradecido al prior Miguel Ángel González», añadió.

También Alba está siendo lugar de encuentro de multitud de religiosos. León Darío y Antonio Vidal son dos sacerdotes de Colombia y México respectivamente, que completan su formación en la Universidad de Salamanca y aprovecharon para conocer de cerca a Santa Teresa. «Es una experiencia única y un privilegio poder contemplar a la Santa y reflexionar junto a ella sobre todo lo que nos ha dejado; su obra y su experiencia mística con Dios, esto es algo muy importante». Por su parte, León Darío agradeció a quienes «han expuesto el cuerpo de la Santa con el mínimo detalle, pues hay mucho trabajo detrás», y aprovechó para aclarar que «ante las polémicas, hay que saber que la muerte no es una tragedia, sino que es la oportunidad de tener una vida nueva en Dios, y así tenemos que valorar este encuentro con la Santa».

El matrimonio conformado por Montse y Vicente, y su amiga Carmen, vinieron desde Madrid a venerar a Santa Teresa de Jesús. Montse se emocionó explicando que su devoción hacia ella es tal que «anoche enfermé y en mi conversación con ella le dije que solo ella decidiría si yo hoy tenía que estar aquí, y al llegar he sentido mucho alivio y mucha paz al poder estar a sus pies». Como católicos, los tres coincidieron en apuntar que «esta veneración no es para nada un acto morboso»; «Una reliquia es un recuerdo de la persona.

y poder verla es una maravilla», explicó Carmen. Montse, por su parte apuntó que «si ves las cosas con los ojos y el corazón limpios, no cabe el morbo» y «eso es lo que ella nos enseñó», sentenció Vicente.

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