Ciudad Rodrigo se viste de sabor local y ganadería en la IV Feria del Farinato

El sol brilló generosamente para los mirobrigenses durante la IV Feria del Farinato, un evento que fusiona gastronomía y productos locales con la tradicional Feria de Mayo, fundiéndose ambas en un acontecimiento con 16 puestos divididos a partes iguales entre la Plaza Mayor, escenario de la artesanía, ganadería y agricultura, y la plazuela del Buen Alcalde, con stands de alimentación, entre otros, y atractivos como la degustación de jamón y la farinatada con la que culmina la jornada matinal.

El alcalde Marcos Iglesias y las ediles Ana María Castaño y Joana Veloso recorrieron la feria a su apertura recorriendo puestos, entre los que también tuvo presencia Cruz Roja y el Festival Ecoa de Fuentes de Oñoro, recordando las actividades para todas las edades, y especialmente para los más pequeños durante la tarde, en un evento de promoción del producto local con el fin de que "el farinato llegue a extenderse por toda la península", deseó el regidor mirobrigense.

Así, la Plaza Mayor exhibió aves de cetrería, cabras enanas, exóticas gallinas, gansos y burros, a lomos de los cuales pasearon los más pequeños en una apacible mañana primaveral. También la Asociación Ornitológica Mirobrigense deleitó a los vecinos con una carpa y una amplia muestra de pájaros domésticos, y aperos de labranza y ganadería se dispusieron en la Rúa del Sol para el acontecimiento: colleras, yugos, fanegas, bozales, costales y albardas, entre otros muchos, despertaron la curiosidad de los visitantes.

La plazuela del Buen Alcalde acogió durante la mañana, además de sus respectivos puestos, la habitual reunión de encajeras procedentes de Ciudad Rodrigo, La Fuente de San Esteban y Fuenteguinaldo, que se entregaron a sus tareas de encaje de bolillos a la sombra de los soportales de la plazuela, una sombra que aprovecharon los comensales que acudieron puntuales a la farinatada a ritmo de charanga y también a la degustación de jamón recién cortado. Así, el aroma a huevos fritos y a farinato impregnó el ambiente siguiendo una cadena perfecta en la que unos elaboran el farinato, otros los huevos y otros se entregan a la importante tarea de cortar y mezclar ambos productos, dando a luz el plato estrella en modo de revuelto que embelesa los paladares.

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