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TEL/S. DORADO
Salamanca
Jueves, 12 de diciembre 2024, 10:23
La almazara de Lagunilla es una de las más tempranas en terminar la campaña y cerró sus puertas a mediados del mes de noviembre. Lo hizo con menos cantidad que el año anterior, prácticamente la mitad de fruto, aunque de muy buena calidad.
«No ha sido de los mejores años», señalaba el presidente, Damián Tocino, al recordar cómo el año pasado se recogió en torno al millón de kilos entre aceituna de verdeo y almazara y este año en torno al medio millón. De verdeo se han recogido unos 300.000 kilos, que ha sido aún así mejor de lo esperado y han estado bien de precio. La esperanza de los productores es que esos precios se mantengan y no terminen bajando. La aceituna de mesa se ha ido para Torrecilla de los Ángeles (Cáceres), pero llaman desde muchos lugares más porque la aceituna de Lagunilla, de la variedad manzanilla, es de montaña y y consigue más calibre.
En cuanto la almazara, a falta de conocer los últimos kilos pesados, se estimaba una recogida de unos 200.000 kilos de aceituna. En Lagunilla se ha entregado menos fruto para almazara, aunque, como añadía el presidente, se está detectando la llegada de nuevos productores de, como los procedentes de pueblos como Miranda, Garcibuey o Colmenar. Este año, además, ha habido pueblos como Valdelageve o Pinedas donde ha habido una mayor producción que la registrada en Lagunilla.
«Queremos una almazara de calidad», señala el presidente de la almazara de Lagunilla, Damián Tocino. Y es que entre sus objetivos de cara al futuro se encuentra el de entrar en los circuitos que permitan colocar al aceite de Lagunilla como un producto gourmet, fundamentalmente con su aceite de extracción en frío. «Se ha demostrado que lo que se hace aquí es de calidad», indicaba Damián Tocino, y de ahí la idea de hacer un producto gourmet, pero se trata de un reto a futuro en un entorno en el que la mayoría de los socios de tienen ya más de setenta años. Las dos producciones actuales se venden a 10 y 12 euros el litro.
Desde Sotoserrano, Vicente Martín continúa con la campaña, y asegura que estarán moliendo hasta al menos el día 16 de diciembre. Si embargo, ya puede hacer una estimación del resultado que obtendrá: «Más del doble de aceite que el año pasado, y con mejor calidad», y es que, recuerda, «el año pasado estuvo lloviendo mucho», algo que afectó a la cosecha.
«Las aceitunas iban muy rajadas, así que nada que ver». Son datos buenos antes incluso de acabar la campaña de este año y, como revela Vicente Martín, la última vez que tuvieron una temporada tan buena fue hace cuatro años.
Esta ha sido una buena temporada para la recolección de la aceituna en Arribes y la elaboración del preciado aceite de oliva, un bien de lujo a día de hoy. Así lo confirman los responsables de las almazaras de la provincia, como Jesús Antonio Ramos, desde Aldeadávila de la Ribera, almazara referente para las poblaciones arribeñas.
«Se espera que sea de gran calidad, aceite virgen extra». En aquella zona se han recogido 1.200.000 kilos, una cifra pasmosa en comparación con la del año pasado: 300.000 kilos, por lo que la cosecha es cuatro veces superior a la del año pasado.
«Ha ido muy bien», enfatiza Jesús Antonio, quien apunta al clima como uno de los motivos de este resultado. «Todo lo hace el tiempo; si hace buen tiempo los árboles germinan bien, sin problemas, y hay una buena producción, porque llueve en el tiempo que tiene que llover, y hace sol cuando tiene que hacerlo», determina.
Por su parte, María Dolores Sánchez, que trabaja en la almazara de Ahigal de los Aceiteros, también habla de esta temporada con satisfacción: «La campaña ha ido bien, se han superado las expectativas», y matiza: «Siempre apostamos por la calidad; no nos importa tanto la cantidad».
Precisamente el producto, que apuesta ya por el mercado internacional y busca posicionarse por esa calidad de la que María Dolores habla, vive una etapa dorada con esta cosecha. «Estamos muy contentos, hemos elaborado 320.000 kilos, un 30% más que el año pasado, y la calidad es muy similar», explica.
El clima, una vez más, es el responsable en gran medida: «Está claro que ha sido un buen año. Ha habido lluvia, teniendo en cuenta que esto es un clima mediterráneo».
Es por ello que augura que el proyecto de impulsar el aceite al mercado internacional sigue un buen rumbo, con la calidad como bandera, y, aunque la cantidad, insiste, no es una prioridad, sin duda rentabiliza y optimiza la campaña. Las lluvias y el sol, a partes iguales, en su justa medida, han hecho proliferar los árboles y sus frutos como es debido.
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