Cabrillas bendice sus campos como preludio a una explosión de fiestas patronales

Pequeños, jóvenes y adultos se entregaron con sus mejores vestimentas a la procesión por las calles de Cabrillas hasta llegar al destino, la carretera principal, donde se procedió a la bendición de campos. Al contrario que el año pasado, el párroco indicó a los asistentes que no bloquearan el paso de la carretera, por lo que los vecinos se colocaron a ambos lados de la calzada para ser testigos la bendición de campos al amparo de su patrón, San Isidro Labrador, quien junto a sus dos bueyes auguró con su solemne presencia una buena cosecha para los agricultores.

Después todos emprendieron el camino de vuelta, nuevamente encabezados por el grupo de bailes charros y la gaita y el tamboril. A su llegada a la plaza, lugar de origen, San Isidro descansó mientras los bailes tradicionales entretenían a un público que no se inquietó a pesar de unos breves momentos en los que el cielo amenazaba lluvia para, finalmente, obsequiarles con una fina bruma.

Durante el ofertorio los vecinos procedieron, uno a uno, a besar el báculo dorado que sostenía el párroco junto a la imagen del santo, un gesto muy particular en las fiestas patronales de Cabrillas.