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La Fregeneda
Martes, 6 de mayo 2025, 06:00
Aunque a penas se pueda divisar y pase desapercibido debido a que está casi completamente anegado, el barco abandonado que se hundió en el muelle de Vega Terrón, en el término municipal de La Fregeneda, el día 23 de marzo, está más abandonado que nunca. Después de las actuaciones de urgencia por parte de los dispositivos españoles y portugueses que acudieron al suceso para impedir vertidos del poco gasoil que aún quedaba en la embarcación, nada ha cambiado.
Por aquel momento, días después, se comunicaba que el propietario, un vecino luso que reside en Portugal, se encargaría de contratar la grúa y todo lo necesario para sacar el barco. Mes y medio después sigue sin haber previsiones de cuándo llegará ese momento ni de cómo marchan los trámites, ni de si se ha contratado algún servicio.
No obstante, la subdelegación del Gobierno aseguraba en su día que la extracción del barco se haría con todas las garantías, aunque la responsabilidad recaía, como es lógico, sobre el propietario. «No sabemos nada al respecto, no tenemos noticias», afirma el alcalde de La Fregeneda, Manuel Alonso, quien se mantiene al día de esta situación que parece estarse alargando más de lo debido.
El trabajo coordinado de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, la Confederación Hidrográfica del Duero, la Autorida de Nacional de Proteção Civil Portuguesa y Administração Portuária do Douro dio sus frutos tras el suceso con el sellado y neutralización del depósito de esta embarcación abandonada en el muelle y en desuso desde hace nueve años.
Es por ello que en principio no hay riesgo de contaminación, pero el barco sigue ocupando un espacio en el muelle y arrojando una imagen un tanto desoladora en este enclave tan turístico y visitado, y es que, cabe recordar que este muelle fluvial de Vega Terrón está en uso por parte de pequeñas embarcaciones y cuenta con el Centro de Recepción de Visitantes del Camino de Hierro. De hecho, este punto era el lugar de realización de una prueba deportiva el día en que la embarcación comenzó a hundirse debido a las lluvias, que arrastraron el ya maltrecho y deteriorado barco.
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