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Lumbrales
Sábado, 2 de noviembre 2024, 17:58
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Una vez más, las carencias sanitarias en la provincia de Salamanca han provocado una reacción ciudadana para pedir una solución a la falta de atención y de médicos en las zonas rurales. En este caso, cerca de 2.000 vecinos de la comarca del Abadengo, mostraron su malestar este sábado en Lumbrales, cabecera de comarca, con una manifestación en la Plaza Mayor. “Esto es una reivindicación ciudadana, es un movimiento apolítico”, decía Raquel Saldaña, concejala de Sanidad de Lumbrales, que estuvo acompañada por el alcalde Manuel Santos y los regidores de Hinojosa de Duero, San Felices de los Gallegos, La Fregeneda, Ahigal de los Aceiteros, Bermellar, Cerralbo y Sobradillo, todos ellos pertenecientes a la misma zona de salud.
La concentración comenzó con un minuto de silencio en recuerdo a las víctimas de la Dana y después, Maribel y Marta, vecinas del municipio, dieron lectura al manifiesto en que se denunció el “deterioro silencioso pero implacable de la sanidad pública” y que los recortes en las plantillas del personal sanitario hacen que “en las zonas rurales más despobladas y en los pueblos más pequeños las consecuencias de tales recortes sean sangrantes”. Precisamente, el pasado jueves una nota informativa en Hinojosa y San Felices anunciaba a sus habitantes la supresión de las consultas en esos municipios “hasta nuevo aviso” y derivando toda la atención hasta el centro de salud de Lumbrales.
“La situación está jorobada”, decía la edil Raquel Saldaña, “se ha centralizado todo aquí y en vista que ir de despacho en despacho, no está funcionando por ahora, es el momento de actuar” y es que no se descarta que haya más movilizaciones similares próximamente, como ya ocurriera hace unos años ante la falta de soluciones. La mancomunidad por su parte ha solicitado una reunión con el consejero de Sanidad para tratar de encontrar una solución a esta problemática. “La gerencia siempre responde lo mismo, que no hay médicos y estamos en espera de que nos diga algo el consejero”, indicó Manuel Santos, alcalde de Lumbrales.
Reacciones
Amor de los Ángeles Nicolás, vecina de Hinojosa de Duero
“Nos están matando sin médicos”
Hinojosa de Duero estuvo representada por varios vecinos como Amor, que mostró su preocupación ante la ausencia de atención médica. “Estamos fatal, desprotegidos. Nos están matando sin médicos”, indicaba esta vecina, “Si tienes un dolor te toca aguantarte y luego nos tenemos que desplazar hasta Lumbrales y hay personas mayores que no se lo pueden permitir”.
María Antonia Redero, alcaldesa de San Felices
“Nos hacen ver que estamos abandonados”
La regidora municipal de San Felices de los Gallegos fue contundente: “Es la situación más complicada y difícil que hemos vivido en esta zona. Ya habíamos estado unos días sin médico, pero ahora nos hacen llegar a la conclusión de que estamos abandonados”, señalaba. Además, recordaba que “esto no es cosa de los Ayuntamientos, más no podemos hacer”.
Jesús Pata, alcalde de Hinojosa de Duero
“Estamos todos unidos en esta lucha”
Otro municipio afectado por la ausencia de médicos “hasta nuevo aviso” es Hinojosa. “Estamos sin médicos, todas las consultas y urgencias tienen que venir a Lumbrales”, denunciaba el alcalde Jesús Pata, “y esto se suma a los problemas de jubilaciones y bajas que venimos arrastrando desde hace tiempo”. Pata destacaba que “todos los Ayuntamiento estamos unidos en esto”.
Irene díez, vecina de Hinojosa de Duero
“Nos echan de los entornos rurales”
La movilización contó con presencia de jóvenes que reivindicaban una sanidad digna. Irene puso de manifiesto que “sufro problemas de piedras en el riñón y no tengo médico: vas y esta cerrado, tiene que salir a otra urgencia y como no hay más te derivan a Salamanca”. Tal y como decía esta joven, “no cuidan el medio rural, sin médicos, sin coles... Nos echan de nuestras casas”.
Manifiesto íntegro
Estamos asistiendo a un deterioro silencioso pero implacable de la sanidad pública, el cual se acusa más en la atención primaria, un deterioro que se ha agudizado desde la pandemia. Los recortes en la plantilla de personal sanitario (se suprimen plazas, no se cubren las bajas, no se sustituye a los sanitarios en los descansos por guardias o por vacaciones) tienen un efecto directo en la atención a la población, con la supresión de días de consulta de manera habitual en prácticamente la totalidad de los pueblos. La atención primaria, de este modo, se resiente en el tiempo y calidad de dedicación a los pacientes.
La reducción del número de profesionales de la medicina y de la enfermería añade presión a un sistema ya de por sí tensionado, lo que repercute en que se abandone en la práctica la sanidad preventiva, los programas de promoción de la salud y el bienestar personal, la aspiración a mejorar la salud comunitaria y todo tipo de campañas o actividades que conlleven una concepción de la sanidad más centrada en el cuidado de la salud que en la asistencia a la enfermedad, acorde al modelo socio-sanitario de salud pública que defendemos. En las zonas rurales más despobladas y en los pueblos más pequeños las consecuencias de tales recortes son sangrantes.
Puede suceder que el consultorio no se abra en una o varias semanas consecutivas, lo que supone a las personas mayores, con dificultades de movilidad o sin apoyos para buscar una alternativa, una barrera para el acceso a un servicio básico. Por otra parte, la precariedad en la atención de guardias, reducido al mínimo, deja a la población indefensa ante cualquier emergencia que pudiera darse.
Estas situaciones, que se repiten con demasiada frecuencia, suponen un menoscabo en un derecho social que debe ser universal e igual para todos. Detrás de todo esto, hay una causa principal: el desvío de recursos desde la sanidad pública a la sanidad privada y, sobre todo, el desmantelamiento paulatino de lo público.
Por todo ello, desde la Revuelta de la España vaciada reivindicamos una sanidad pública de calidad, dotada con recursos y personal suficiente como para atender las necesidades de la gente, dado que se trata de un servicio básico de vital importancia, para que los territorios de la España vaciada no continúen despoblándose aún más, y de un derecho social que debe garantizarse a todas las personas, independientemente del lugar donde se viva.
De manera concreta, este año la reivindicación del “Yo paro por mi pueblo” de la Revuelta de la España vaciada se centra en estas diez exigencias comunes a todos los territorios que sufren la despoblación:
1. Aumentar la asignación a la Atención primaria hasta alcanzar el 25% del total del presupuesto de Sanidad. Esta medida asegurará la mejora de las plantillas de personal sanitario, ofertando contratos laborables estables y de calidad.
2. Garantizar que los centros de salud y consultorios rurales estén accesibles a la población y abiertos en todas las localidades.
3. Eliminar las listas de espera, o al menos reducirlas a cifras razonables, en la atención especializada.
4. Dar prioridad a las consultas presenciales, insustituibles para lograr una eficaz relación entre el paciente y el profesional, y utilizar las telefónicas exclusivamente cuando el paciente así lo decida y para temas puramente burocráticos.
5. Adecuar y completar las plantillas de los centros de salud, adaptándolas a las características de cada territorio de actuación y dotándolas de los especialistas necesarios en pediatría, geriatría y otras posibles especialidades.
6. Fomentar la sanidad preventiva y la educación para la salud, con actuaciones concretas. Por ejemplo, que los profesionales sanitarios se acerquen a los centros educativos de la zona y se haga una educación sanitaria con el fin de promover hábitos saludables.
7. Fortalecer y garantizar la participación y el empoderamiento de la ciudadanía a través de un correcto funcionamiento de los Consejos de salud.
8. Crear una especialidad en medicina rural o, al menos, habilitar un sistema de prácticas en centros de salud rurales para los profesionales que vayan a trabajar en el medio rural.
9. Mejorar los servicios de emergencias con la dotación de ambulancias medicalizadas, helicópteros diurnos y nocturnos u otros recursos necesarios, teniendo en cuenta las características del territorio.
10.Cumplir el criterio del 100/30/30 por el que abogamos; es decir, una conectividad a internet de al menos 100 megas, que los servicios básicos, estén a menos de 30 minutos de desplazamiento en coche y el acceso a una vía de alta capacidad no sobrepase los 30 minutos.
Es una cuestión de justicia social. Porque ser menos no resta derechos
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