Encontrar un control de alcoholemia junto a un semáforo mientras la grúa municipal se lleva un vehículo mal estacionado en la zona azul puede parecernos una estampa habitual en pleno siglo XXI. Pero todas estas medidas regulatorias del tráfico no existían en la Salamanca de finales de los sesenta.
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El paulatino aumento del parque de vehículos salmantino había convertido la ciudad en un auténtico caos circulatorio. Faltaban policías locales y hubo que esperar hasta 1967 para ver los primeros semáforos en la Puerta de Zamora, cuando poblaciones como Talavera de la Reina ya los tenían.
Tres años después se puso en marcha la zona azul en la primera zona de la ciudad y al año siguiente la grúa municipal, que en realidad era una plataforma enganchada a un Land Rover de la Policía Municipal.
Una dácada después se puso el foco en la relación entre el alcohol y los accidentes de tráfico y comenzaron a implantarse los primeros controles de alcoholemia.