Votos por facultades
Huele a elecciones, los próximos comicios se respiran en todos los ámbitos. ¿No se han dado cuenta de que han aumentado las reivindicaciones de las ... instituciones? También a nivel empresarial hay movimientos, y no digamos entre los trabajadores, ya comienzan las protestas en el sector del Transporte y el de la Sanidad.
Se acercan los comicios, bueno, en realidad quedan más de seis meses para las elecciones municipales y cerca de un año para las nacionales, pero quien más y quien menos sabe que es buen momento para preguntar ¿qué hay de lo mío?
El problema es que aprovechando las circunstancias se haga un uso electoralista de cuestiones de interés general, como la Sanidad o la Educación, o que, siguiendo la política de partido, se apoyen decisiones que pueden beneficiar a algunos, pero también perjudicar a otros. Me refiero al tema de las facultades de Medicina que reclaman en León y en Burgos. No es una reivindicación nueva, se repite de forma cíclica y en más de una ocasión han coincidido con procesos electorales.
Las universidades de León y Burgos están en su derecho de reclamar los estudios de Medicina, otra cosa es que realmente tengan argumentos suficientes para defender esta solicitud y que, además, puedan convencer al conjunto de la población de la Comunidad de que su petición supondrá un beneficio para toda la Región.
De momento ya han conseguido convencer al Partido Socialista. La verdad es que lo tenían fácil pues tanto el alcalde de León como el de Burgos son de ese partido. Hay que rascar votos y, sin duda, prometer una facultad de Medicina es algo que los ciudadanos ven “a priori” con buenos ojos. Quizás si conocieran la letra pequeña del contrato ya no les parecería tan positivo. No se puede obviar el gran gasto que conlleva una Facultad de Medicina —el propio rector de la Universidad de León ha comentado en alguna ocasión que supondría una inversión superior a los 80 millones en los primeros 6 años de implantación—. También hay que pensar en las dificultades que ya tienen las facultades actuales para conseguir docentes porque no hay profesionales acreditados para ejercer como docentes, así que si hay dos facultades más, el problema solo haría que crecer. Está claro que hace falta un estudio riguroso sobre la situación de la sanidad, no solo a nivel de Castilla y León, sino de toda España, para tomar las decisiones sobre una base firme. No hay que olvidar que los estudiantes se pueden formar en Castilla y León, pero eso no garantiza que vayan a elegir los hospitales de la Región para hacer la especialidad.
A los socialistas de León y Burgos les puede resultar rentable apoyar la creación de facultades en Burgos y León, pero a los procuradores de Salamanca les puede salir caro. No hay que olvidar que el mensaje que están dando tanto el rector Ricardo Rivero como el decano de la Facultad de Medicina, José Carretero, es justo el contrario. Incluso el presidente del Colegio de Médicos de Salamanca, Santiago Santa Cruz, se ha posicionado en contra tanto de crear nuevas facultades en la Región como de ampliar las plazas de nuevo ingreso.
La de los responsables universitarios y médicos de Salamanca no es una opinión aislada, la Conferencia Nacional de Decanos de Medicina también ha manifestado su rechazo rotundo a seguir aumentando los estudiantes que salen de las facultades de Medicina, ya sea por la creación de nuevos centros o por el incremento de las plazas tal y como quiere el Ministerio de Sanidad y apoya la Consejería de Castilla y León.
Por una vez los políticos podrían dejar de contar votos y escuchar a los expertos.
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