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Hay tontos, de verdad que los hay, seguro que ahora estás pensando en alguien que sabes que lo es, aunque es probable que él no lo sepa. Los tontos nos ponen trabas, nos dan dolor de cabeza y encima, para colmo, estos tontos nos están costando dinero. Vale, cada uno tenemos nuestro criterio, estos días vemos las calles llenas de fotos de personas que piden nuestro voto para el domingo. Personas que van de azul, de naranja, de rojo, de morado y de verde, ojito con el verde que puede dar una sorpresa al estilo Andalucía, y ponerlo todo algo más complicado en esa jaula de grillos que llamamos Congreso.

Pero ahí, con estas personas que salen en estas fotos, muchos no nos pondremos de acuerdo. El que para mí puede ser un tonto, un oportunista, un okupa, para ti puede ser un genio. Bueno, para eso tenemos el domingo, para defender al que pensemos que es menos tonto.

Cuando hablo de tontos en este caso me refiero a tontos universales, en los que todos deberíamos estar de acuerdo que lo son. Tontos, pero muy tontos. Y, para mí, en el primer lugar, por encima de todos, en el colmen de la “tontedad”, están los “padres” que deciden no vacunar a sus hijos. Y pongo “padres” entre comillas porque me cuesta pensar que a esta gente habría que dejar a su cargo algo que supere a un cactus, y sí, además de poner en riesgo la vida del niño, que no tiene ninguna culpa de que los que deciden por él hayan dejado las neuronas en off, nos cuesta dinero. Porque hay muchas opciones de que el niño se ponga enfermo (¡sorpresa!) y, curiosamente, aquellos que piensan que la mejor opción es ir fuera del sistema, luego ponen el grito en el cielo y exigen (no piden) que la Sanidad Pública, la que pagamos todos, tengan que enmendar su error para sanar al niño. Y lo hacemos, por el niño claro, porque sus padres son tontos y nos cuestan dinero.

Y luego tenemos los tontos que se saltan las normas que tenemos para todos y tienen un accidente. Los que beben y conducen, los que se saltan el límite de velocidad, los que deciden escalar una montaña cuando está cerrada por riesgo de avalancha... Todos estos son tontos y nos cuestan dinero. Y nos aguantamos y lo asumimos, pero por lo menos nos queda el llamarlos por lo que son: tontos.

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