Borrar

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Sin duda alguna hay un antes y un después ante cualquier situación o acontecimiento de cierto calado. Por ejemplo, hay un antes y un después de unas elecciones. Sería algo digno de Barrio Sésamo hacer un análisis sobre actitudes y comportamientos de los partidos políticos y sus líderes antes, durante y después de una campaña electoral. El ser humano es político por naturaleza, o eso nos dicen algunos, ahora bien, políticos ¿Para qué? ¿Para servir o para servirse? Los votos no son evidentemente, todos lo sabemos, para que el político de turno se apoltrone si no para situarse en un status de servicio a la comunidad. Cierto es que la historia da para mucho y los que han hecho historia dan para más. Nosotros no somos historia, la hacemos y debería preocuparnos nuestra responsabilidad. Este momento histórico es el nuestro y quizá por ello el más importante. Podemos tachar de muchas cosas a los políticos, como a la Iglesia o a otros sectores de la sociedad pero no podemos olvidar que todos y cada uno de nosotros formamos parte de este entramado a modo de tela de araña donde nos movemos, inconscientes a veces de la posibilidad de vernos atrapados en una realidad que nosotros mismos generamos.

Esa tela de araña social se mueve en gran medida entre soberbios y resentidos, dos actitudes de la especie humana de las que ni unos ni otras, miembros y miembras de este mundo estamos libres. Ambas actitudes entrañan un riesgo, pues siendo tremendamente humanas, deshumanizan nuestras relaciones y generan distancias abismales entre las personas. Triste y lamentable tener una vida para compartir y desperdiciarla en una lucha de poder retroalimentada muchas veces desde la soberbia de creernos perfectos o cuando menos superiores, y otras veces desde el resentimiento generador de bilis cargadas de odio y rencor. Políticos en particular y humanos en general estamos obligados a pactar, a entendernos, más allá de ideologías o credos. No caben muchas posibilidades, el mundo ha de funcionar y hemos de optimizar los recursos. Es necesario volver a pisar tierra y tomar conciencia de la parte escatológica de nuestra humanidad más allá de cargos, títulos o responsabilidades. Cuando nos despojen de esas vestiduras quedaremos reducidos a muy poquita cosa, independientemente de lo que hayamos engordado nuestro ego a lo largo de toda nuestra vida.

Llegados a este punto ni soberbios ni resentidos, si no iguales. Esperemos que nuestros dirigentes no entren de nuevo en período de hibernación hasta las próximas elecciones. Esperemos por el bien de todos que entiendan y entendamos el antes, el después y el durante. La política importa pero la persona más, la primera sin la segunda puede resultar estúpida.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios