¡Que vienen los eurodiputados!
Un grupo de eurodiputados de la Comisión de Control Presupuestario del Parlamento Europeo, encabezados por una alemana, va a venir a España a enterarse de dónde ha ido a parar el dinero de los fondos de recuperación.
¡Pues a ver si tienen más suerte que nosotros (me refiero a los que seguimos este asunto desde hace tiempo), porque no hay manera de encontrar a un autónomo o pequeño y mediano empresario que se haya visto agraciado, aunque sea con la “pedrea”, de esos 140.000 millones de euros que Pedro Sánchez afirmó que había conseguido!
Recuerdo que esos fondos, de los que tanto se ha hablado en estos dos años y medio últimos, desde que se aprobó este instrumento en Bruselas para hacer frente a la crisis provocada por la pandemia, fueron presentados a bombo y platillo por el presidente del Gobierno, pero la realidad es que el tiempo ha pasado y el dinero brilla por su ausencia.
Hace unos días supimos del nombramiento de lo que se ha dado en llamar “comisionados” de los PERTE. Uno de ellos es para el agroalimentario. Tienen rango de subsecretario, ósea que van a cobrar como tal y eso supone más gasto, porque no se trata solo de ellos, sino que ahora habrá que “vestirlos”. Es decir, que se deberán nombrar sus equipos correspondientes, con gente de dentro o de fuera de la Administración, lo que supone más gasto, más gasto y más gasto. Se ha justificado la creación de estos cargos y puestos por la necesidad de agilizar el funcionamiento de los dichosos PERTES, lo que supone el reconocimiento implícito de que hasta ahora no marchaban. Y, llegados a este punto, me pregunto si con los medios de los que dispone ahora mismo la Administración central no era suficiente. Pues debe ser que no, por eso ha habido que recurrir a la creación de más burocracia.
Según mis fuentes en niveles elevados de los distintos ministerios, es verdad que hay un problema grave. Este consiste en que los altos cargos, como subdirectores generales, no quieren saber nada de los puestos que entrañan responsabilidad en la asignación de dinero procedente de estos fondos europeos. Y nadie quiere “comerse ese marrón”, porque están mal diseñados y existe la posibilidad de que las decisiones que se tomen terminen un día no muy lejano ante los tribunales. Y por eso nadie quiere estampar su firma debajo de la asignación del dinero.
Total, que muchos de esos puestos, o están vacantes, o se encuentran en rotación permanente. Y esta es una de las razones por las que el dinero no llega a sus destinatarios. Pero debe haber más. ¡A ver si los eurodiputados son capaces de encontrar, no las llaves, como reza la canción, sino el dinerín! Ardua tarea los espera. Ya veremos si consiguen su objetivo, aunque me parece que van a tener que hacer más de un viaje.