No es solo Garzón, es Sánchez y todo el Gobierno
Digan lo que digan Pedro Sánchez, el del chuletón, y Luis Planas, el todavía ministro de Agricultura, intentando enmendar la plana al ministro de Consumo, ... Alberto Garzón, este último es el que actúa en consonancia con lo que dice el actual Gobierno sobre el consumo de carne, comenzando por su propio presidente. Lo explico antes de que me lluevan las críticas. Atención al siguiente párrafo: en el futuro será necesario “reducir el consumo de ciertas materias primas y productos. Esto significa que, en las próximas décadas, la población española tendrá que reducir su ingesta de alimentos de origen animal... Numerosos estudios señalan que el consumo de carne de la población española es entre dos y cinco veces superior al recomendable”. El texto anterior se recoge en la página 190 del documento llamado “España 2050. Fundamentos y Propuestas para una Estrategia Nacional de Largo Plazo”, que fue presentado a bombo y platillo hace poco, -el pasado 20 de mayo, no han pasado ni dos meses-, por el máximo responsable del Ejecutivo, el ya citado Pedro Sánchez. ¿Por qué no se enfrentó Luis Planas al presidente del Gobierno cuando anunció ese “papel”?
Las organizaciones agrarias, ganaderas y también del sector cárnico se movilizaron ayer y pusieron a caer de un burro a Garzón. Hubo críticas generalizadas y ahí viene la segunda parte del problema. Entiendo las reacciones del sector agrario, pero, al final, se está hablando de lo que “ellos” quieren, y cuando digo “ellos” me refiero al Gobierno. En este caso se habla de que hay que reducir el consumo de carne. Hace muchos años un experto en comunicación política y social, muy de moda ahora por ser el gurú de Isabel Díaz Ayuso, me explicó que el primer paso básico es “fijar agenda y hablar de lo que tú quieres que se hable, aunque te critiquen”. Y eso es lo que sucede en estas últimas horas, porque se habla de la reducción del consumo de carne y eso nunca es bueno. ¿Hay que quedarse callados entonces y no responder a Garzón? Evidentemente, no; algo habrá que decir, pero con mensura y comedimiento.
Además, no hay que olvidar el centro y el origen de la cuestión, para que no nos despisten con peleas entre ministros y con pretendidos desmentidos de Sánchez a Garzón: es el Gobierno como tal el que plantea una reducción del consumo de carne. Lo dice el documento que presentó Sánchez a bombo y platillo. Además, si el presidente del Gobierno quiere zanjar el asunto de verdad, solo tiene que hacer dos cosas: cesar a Garzón y decir que el documento en cuestión no vale. Tan fácil como eso. Desmentidos a medias, no.
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