Ni en Cebreros, oiga
El PP tampoco ha ganado en Cebreros (Ávila), la localidad natal de Adolfo Suárez, a pesar de que este partido llevaba en las listas por ... Madrid y, además, presentó como uno de los grandes fichajes, a su hijo Adolfo Suárez Illana. Es una de esas anécdotas, simbólicas si se quiere, que dejan todas las jornadas electorales. En esta ocasión los cebrereños se decantaron por el PSOE, que obtuvo 651 votos frente a los 587 de los populares; ambos grupos bajan en relación con los resultados de 2016, cuando los socialistas se quedaron los segundos con 777 votos frente a los 857 que obtuvo el PP. Ciudadanos ha subido de 160 papeletas a 283; Vox se estrenó en esta localidad, donde se encuentra el Museo Adolfo Suárez y de la Transición, con 239 votos, mientras que Podemos bajó de 132 a 120. Las huestes de Casado fueron las más votadas en la circunscripción de Ávila, pero cosecharon un importante recorte y perdieron uno de los dos diputados que tenían, que ha ido a parar a manos de Ciudadanos; el otro, de los tres en juego, fue para la lista del PSOE encabezada por la “cunera” Margarita Robles, la ministra de Defensa, cuyos resultados tampoco han sido como para tirar cohetes, siendo ella quien es y en comparación con la tendencia general de los socialistas. Pero los resultados de los socialistas son un tema menor en comparación con la debacle popular en tierras abulenses, en las que este partido obtuvo sus mejores resultados tanto en 2016 como en 2015.
La provincia vecina, junto con Lugo, Orense y Salamanca son los focos de resistencia de los populares. Especialmente Salamanca, porque es la única en la que el PP tiene más diputados que el PSOE, ya que en las otras tres empataron en el número de representantes en el Congreso. En medios de Madrid se ha publicado que ello se ha debido al tirón de José Antonio Bermúdez de Castro como cabeza de lista. No me parece la explicación correcta y sí bastante interesada. Salamanca es la única provincia de Castilla y León en la que los populares solo tienen los problemas normales de convivencia entre ellos, mientras que en las restantes el partido está hecho unos zorros, con peleas internas entre las dos, tres o cuatro facciones que hay en cada una de ellas. Y eso se nota, y mucho, a la hora de movilizar a los cuadros y afiliados en una situación de bajada. Pero esa situación en Salamanca no se debe precisamente a Bermúdez de Castro, sino al equipo que organiza el día a día del partido, con Javier Iglesias a la cabeza. Así que menos lobos caperucita Bermúdez.
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