Borrar

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La muerte es inclemente y no respeta ni la juventud, ni las vacaciones. Tras la desgracia de un restaurante madrileño quedan las ilusiones de los fallecidos: Julián Robles, un joven camarero nacido en Benidorm y la enfermera de Guecho, Alexandra Velasco, que disfrutaba de unas merecidas vacaciones. Nadie imagina cuando decide cenar en un restaurante de España, que pueda existir negligencia o temeridad en el local; pero en este caso hubo un influencer gastronómico que alertó del peligro del show de la pizza Infierno —que se flambeaba directamente en la mesa—, con un video que un bombero replicó en sus redes tres semanas antes de que las llamas ocasionaran la muerte a dos personas y heridas graves a otras ocho. El Ayuntamiento ya ha asegurado que el local contaba con la licencia oportuna, quedan los actos de riesgo, a veces incontrolables, de los propietarios de los negocios. En este caso, la decoración del restaurante Burro Canaglia, pura selva, hubiera debido ser considerada a la hora de programar el espectáculo; pero a veces nos creemos por encima del sentido común y de la desgracia. Y solo cuando nos alcanza sentimos no habernos ocupado de prevenirla. Mientras las Policía Científica investiga, parece que todo apunta a que el soplete, la pizza y la maleza decorativa condujeron al desastre. ¿Ya está? No, ahí quedan las historias de Julián y Alexandra. Él, camarero improvisado que apenas llevaba una semana trabajando en el local, como tantos artistas incipientes que buscan mantenerse a la espera de que el éxito les sonría. Jay Robles —que así se llamaba artísticamente—, contaba con miles de visualizaciones en canciones y videoclips y se había quedado a las puertas de entrar en varios concursos nacionales de rap y hasta en el de Operación Triunfo. Seguro que jamás pensó que su escenario más arriesgado se encontraba entre las mesas de un restaurante. Tampoco Alexandra (Alex para sus amigos), la enfermera de Guecho que trabajaba en el IMQ Zorrotzaurre de Bilbao, donde probablemente miró a los ojos a la Covid 19, debió de intuir ningún peligro en una cena con amigas. Ella está muerta y una de sus compañeras muy grave, en el hospital de la Paz... Las licencias son fundamentales, pero también que quienes las consiguen antepongan la seguridad a los reclamos para sus negocios.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios