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La de Shakira es una más

Martes, 17 de enero 2023, 04:00

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Dicen que cuando se cuenta una pena en alto o disminuye o desaparece. Es casi seguro, entonces, que la de Shakira ya no existe. Aunque la realidad es que las penas de amor y las cicatrices que dejan en el alma duelen cuando cambia el viento, incluso después de estar bien cerradas. Lo sabemos porque los artistas nos han dejado buena muestra de sus padecimientos en sus obras. Sus amores, desamores o pérdidas han inspirado sus creaciones y las han llenado de emociones, convirtiéndolas en arte. Shakira no es la primera que le canta al desamor. Lo han hecho pintores, cineastas, músicos, escritores, fotógrafos... “Quien canta sus males espanta”, dice el refrán; pero quien además de cantar, cuenta sus males y los desmenuza, los transforma en elementos de poder contra su aflicción y los convierte en herramientas para el resto de los mortales, que los comparten y disfrutan porque se reconocen en esas torturas confesados y sienten como suyas las emociones que desprenden. Precisamente esta relación que Shakira ha puesto tan de moda entre el amor, el desamor y la inspiración es el hilo conductor de mi último ensayo “Lo que la primavera hace con los cerezos” (¡Gracias, Shakira!). En el libro descubro cómo el amor y el desamor (este último según muchos con mayor intensidad, aunque para que emerja desesperado, debe provenir de un amor que en el algún momento fue o pareció magnífico y resultó inspirador) son puro estímulo creador. Los constructores del mito de don Juan (Tirso de Molina, Mozart, Zorrilla, Byron, Moliere...) lo justificaban desde diferentes perspectivas del conquistador al que ellos mismos emulaban; Frida Kahlo, “la paloma”, pintaba en sus cuadros las pérdidas de los hijos que no llegó a tener y las traiciones de su “elefante”, Diego Rivera; Larra glosaba a su amada y “atormentadora” Dolores Armijo; Sid Vicious alimentaba su personaje gracias al amor de Nancy Spungen; Simenon necesitó amar a diez mil mujeres para poder escribir; las aventuras amorosas de Patricia Highsmith inspiraron a la escritora desde su primera novela; Caravaggio pintaba a las vírgenes de sus cuadros con las caras de sus amantes prostitutas; cada etapa de la obra de Picasso corresponde a un amor y a un desamor; Djuna Barnes escribió su renombrada novela, “El bosque de la noche” desde el abandono de su amada Thelma Wood... Contar y cantar al amor y al desamor no es nada nuevo. Tampoco censurable. Sin esos “cánticos” hoy no gozaríamos de tantas excelsas obras de arte. La de Shakira, ya lo ven, es una más...

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