Inflación, inflación
EN los primeros días de este mes, uno de los empresarios más importantes del sector agroalimentario español me hacía la siguiente confesión: “César, sigue muy ... de cerca el problema de la inflación; está aquí ya, ha venido para quedarse y es mi principal preocupación de cara a los próximos meses”. A continuación fue desgranado una relación de sus “cuitas”: subida del precio de la luz, del gas natural, del gasóleo, del coste de transporte, el encarecimiento de la logística, incluida la escasez de conductores de camión, el plástico que se ha disparado y es clave en los envases de los “súper”, los cartones y el resto de embalajes (productos que han más que duplicado su precio en los últimos meses). Todo eso provocará alzas importantes en los precios de los productos que se venden en la distribución y que no son solo los alimentos. Pero es que una parte de estos últimos también se han disparado: por ejemplo, los cereales, especialmente los dedicados a la alimentación humana, como los trigos blandos de calidad harina panadera y también los duros; estas variedades son básicas en la elaboración del pan, de los dulces y de las pastas que tanto se consumen en todas las casas. Pero el trigo no es el único, porque la avena, cada vez más utilizada en la alimentación humana, también se ha disparado y ha alcanzado récord tanto en Chicago como en el mercado interior español.
Podría seguir poniendo ejemplos, pero con esa relación creo que es suficiente. Estamos hablando de bienes y servicios que son de uso común en todas las empresas, lo que nos hará ser menos competitivos en el exterior, y en todos los hogares, lo que provocará más problemas para llegar a fin de mes. Qué duda cave que la situación no es exclusiva de España, ya que se registra en otros países de nuestro entorno y también en todo el mundo. Pero, aquí, las cosas se complican porque la situación económica no es especialmente boyante, con todos los organismos y servicios de estudios importantes, incluidos los dependientes del Ministerio de Economía, como el Instituto Nacional de Estadística, revisando a la baja las cifras de crecimiento. Con un proyecto de Presupuestos para 2022 que es completamente irreal (no hace falta más que ver los precios del petróleo que se toman como punto de partida y en qué niveles están ahora mismo). Por si eso no fuera suficiente, también se han inflado los ingresos por los fondos europeos. Pero, ¿acaso llegarán “esos dineros”? Por lo pronto, y estamos a finales de octubre, todavía no conozco una sola empresa o autónomo que haya recibido un solo euro del Fondo de Recuperación. Y, lo que es más grave, es que no saben a qué ventanilla hay que ir para informarse y solicitar esos fondos comunitarios. En resumidas cuentas, que hay una gran inflación de anuncios y promesas de dinero, pero este último no llega. Y lo que si llega es la otra inflación, la de las subidas de precios.
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