Borrar

No vuelve a ti

Hasta septiembre, España ha vuelto a marcar un nuevo récord, con más de 200.000 millones de euros de recaudación, 15.000 millones más que el año pasado en ese tramo

Lunes, 16 de diciembre 2024, 07:55

Una cosa es que te atraquen, que te pongan delante una navaja de Albacete en un callejón oscuro y te arranquen la cartera y la medallita de la Virgen del Carmen. El susto no te lo quita nadie y mal rayo los parta, pero queda un resquicio para la empatía. Desde nuestro salmantino Lazarillo, pasando por Pablos, Guzmán de Alfarache o Rinconete y Cortadillo, hasta el Lupin de Marurice Leblanc, los caballeros del pacto con Sabina o los chicos del mono rojo de La Casa de Papel, Dios los tenga a todos ellos donde menos daño hagan, algo nos empuja a los cien años de perdón y hay incluso quien babea con cada secuela de Danny Ocean.

Pero otra cosa muy distinta es que el atracador se pase a diario por tu casa, a primera hora de la tarde, a recordarte todo lo que te ha burlado y a regodearse en su proeza. Ahí no hay perdón que valga.

Para una vez que me asomo a la tele española, me encuentro con una publicidad institucional tratando de convencerme de que mis impuestos vuelven a mí, como en Navidad ese turrón con nombre de árbol de la familia de las rosáceas.

Ambas, la tele y la publicidad, pagadas precisamente con mis impuestos, irrumpen en mi sobremesa con una mentira gorda como la campana de la catedral, que sin remedio se me atraganta. ¿Que vuelven? ¿Cómo que vuelven? ¿Por dónde es que vuelven, que salga yo a esperarlos al camino? Que le pregunten a los valencianos cómo volvieron sus impuestos después de la DANA. Y le ponen una musiquita de fondo al anuncio que ulcera el estómado del contribuyente, del currelas que se deja la vida y la salud sacando adelante una familia para que cada año venga el Luis Candelas de turno y lo deje otra vez en cueros.

Tus impuestos no vuelven a ti, cuando tu madre nota un bulto y tarda meses en recibir la cita para la prueba correspondiente. No vuelven si eres autónomo y enfermas. No vuelven si el dinero de la lucha contra el cáncer se va en viajes y sobresueldos. No vuelven cuando tienes que pedir cita al dentista, cita contante y sonante. Volverían a ti en Alemania, donde el seguro médico cubre dentista, ortodoncia de los niños, oculista y dermatólogo a elección del paciente.

Donde el Estado te asiste en la compra de una vivienda y paga a tus hijos por estudiar. Volverían en Dinamarca, donde el Estado se encarga de que tu hijo con síndrome de Down vaya al cole, se forme profesionalmente y viva independiente desde su mayoría de edad, en un piso tutelado. Pero no vuelven si un niño sufre bulling en el colegio y la única solución que te dan es cambiarlo de centro. No vuelven si un servicio público como el transporte no garantiza a precio asequible una conexión fluida entre Salamanca y Madrid. No vuelven si la UE firma un acuerdo con Mercosur y los productos que cultivas, de la noche a la mañana, tienen que competir en desventaja con los chilenos. Y no es que no vuelvan, sino que ni se asoman, si vives en un pueblo sin escuela, sin médico, sin banco y sin cura, como en la Edad Media pero sin bar.

Y no será porque pagamos poco. Hasta septiembre, España ha vuelto a marcar un nuevo récord, con más de 200.000 millones de euros de recaudación, 15.000 millones más que el año pasado en ese tramo. ¡Y dicen que vuelven! Y lo dicen mientras engañan a la Conferencia de Presidentes, en busca de una fórmula medio justa de financiación autonómica. Debe ser que la campaña de publicidad institucional estaba destinada solamente a ser emitida en determinadas Comunidades Autónomas y se ha colado en el resto por error. O no, porque la musiquita induce a pensar que disfrutan refocilándose. Hay retranca. Leidenfreude, que dicen los alemanes. Y una cosa es que te roben y te exploten y otra que vengan a reirse en tu cara.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca No vuelve a ti