Tiene toda la razón César Lumbreras, al decir que la PAC ha dejado de ser la vaca sagrada de la política europea. El nuevo planteamiento ... flotaba ya en el aire, durante la negociación del último presupuesto plurianual, y se basaba en la necesidad de reorientar los esfuerzos presupuestarios a una economía del siglo XXI, centrada en la digitalización, en la que Europa está quedando muy rezagada respecto a Estados Unidos y a China, en perjuicio de las subvenciones agrícolas. Pero desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania, ese nuevo planteamiento es ya un imperativo para la mayoría de los europeos, que perciben la Defensa como el sector prioritario para las inversiones, y pone de acuerdo a los dos pesos pesados, Francia y Alemania, en torno a los que se construyen los consensos. Así que sí, la agricultura y la ganadería subvencionadas han dejado de suscitar acuerdo y hay que contar con recortes. Mis muy apreciados agricultores pueden organizar protestas y manifestaciones que yo apoyaré sin reservas, porque entiendo mejor que nadie la importancia de sus reivindicaciones y el ninguneo sistemático al que son sometidos por este gobierno. Pero han de saber que una estrategia inteligente pasa esta vez por una ineludible reformulación de las demandas.
Hay conceptos que mandan ahora en Bruselas y que son aplicables al sector. El primero de ellos es «digitalización». Tendrán más posibilidades de ser atendidas las reivindicaciones de ayudas para digitalizar el campo y su producción, así como sus mercados y canales de suministro. Otro es la «Seguridad y Defensa», en el que la agricultura y la ganadería caben en tanto que sector estratégico. Al igual que la UE ha terminado aceptando la necesidad de una soberanía de la Defensa y una «soberanía digital», puede ahora entender que el sector primario forma parte de la «soberanía alimentaria», que debe ser asegurada como el resto de prioridades geoestratégicas en caso de conflicto. Para que nos entendamos, lo que están haciendo en Alemania al respecto, por ejemplo, es la creación de un Fondo Nacional de Alimentos para garantizar el abastecimiento de la población en caso de guerra o crisis grave. Consiste en una reserva estratégica que almacena desde granos y legumbres a comidas preparadas enlatadas listas para consumir en más de 150 depósitos distribuidos por todo el país. Cuenta con un presupuesto de unos mil millones de euros sólo para este año, que gestiona Agricultura pero que salen del Fondo Especial para la Defensa. Y el tercer concepto susceptible de ser escuchado en Bruselas es el de «despoblación», también en tanto que cuestión estratégica de control del territorio. Las reivindicaciones del sector que lleven este sello tendrán también más posibilidades. Se trata, por tanto, de cambiar el enfoque y hablar un lenguaje que las autoridades europeas entiendan más fácilmente.
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