Secciones
Destacamos
Cerrar el año en Salamanca es siempre grato y sanador. Será por eso que no hay una plaza de hotel libre. Por eso y por una decoración navideña que, este año, ha dado en el clavo. Nuestra Plaza es mucha Plaza y no se la viste con cualquier trapito. Para estar a la altura son necesarias elegancia, distinción y una mirada elevada por encima de las conveniencias. Creo que es justo felicitar al Ayuntamiento, no sólo por una decoración a la altura de la ciudad, sino además por haber puesto la ciudad a la altura de los salmantinos. Entre tanta belleza y encanto se reconforta el espíritu y duele menos el debido balance anual, el tradicional lamernos las heridas por estas fechas, un ejercicio de cerrar el círculo necesario para afrontar el siguiente.
En los resúmenes televisivos se destacarán las desgarradoras imágenes de la dana y volveremos a estar de corazón con las víctimas, esperemos que con la lección aprendida en las administraciones y en las concejalías de urbanismo. Otra lección aprendida este año es que la Moncloa y los nacionalistas serán siempre capaces de entenderse en su concienzuda labor de expolio. Si prevaleciese el bien común, que el rey tuvo a bien invocar en su discurso navideño, 2025 sería año de elecciones, pero no lo será. Y sustraer a los votantes el derecho de decidir, en lugar de pagar a precio de Estado los clavos ardientes a los que uno se agarra, causa en efecto un daño «atronador». 2024 será recordado sin duda por ese ejercicio gubernamental de traspasar todos los límites conocidos del sentido institucional, hasta prostituir la democracia, con el único objetivo de amarrarse al sillón. Sólo pudimos votar en las europeas y se puede decir más alto, pero no más claro. Echamos la llave al año con pactos imposibles en pie, que avergüenzan a los socialistas de buena voluntad, y otros derribados por su propio peso, como el de Castilla y León, que por cierto contempló en 2024 el pintoresco cisma de Belorado y el cabal levantamiento de los agricultores, que es casi lo mismo que decir el levantamiento de la población rural.
Las riadas de gente por la Rúa, desde la Plaza y en dirección al Huerto de Calisto y Melibea, son estos días todo un alegato contra la despoblación, pero muchos pueblos de Salamanca componen un triste Belén viviente, en el que cada año faltan más figuritas. A pesar de los muchos esfuerzos, 2024 no revirtió la tendencia. No ayuda la marginación sistemática a la que Salamanca es sometida por Madrid, desde las nulas subvenciones al mantenimiento del patrimonio hasta el ninguneo del Ministerio de Transporte. Salamanca ha vuelto a desplazarse un poco más en el mapa hacia el abismo de la incomunicación y a sellar su destino en la diáspora. Pero no hay que desesperar, porque el destino da constantemente giros inciertos, como la victoria de Trump, que traerá consecuencias hasta coordenadas charras. Europa, un concepto al que Salamanca ha contribuido generosamente con el paso de los siglos, sigue intentando descifrar los galimatías ucraniano y sirio, armándose hasta los dientes y sin dar respuesta definitiva a sus propios retos económicos, culturales y morales, entre los que destaca la inmigración. Quizá no sea tan complicado. No se puede ya dar un paso en Salamanca sin encontrarse con un camarero, un taxista o un dependiente con acento extranjero al que dedicar una sonrisa y agradecer su aportación. Forman parte de ese burbujeo de procedencias que fue siempre Salamanca, especialmente en los momentos más gloriosos de su historia y gracias en buena parte a la Universidad, hoy en la diana, y que sólo por la vía de la excelencia logrará esquivar las flechas enemigas. Universidad y universalidad son señas de Salamanca, con las que seguiremos afrontando lo que venga en 2025. Emplacémonos en esta misma Plaza, dentro de un año, para volver a hacer balance. Es el mejor deseo que se me ocurre para el año nuevo.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.