Los sobes de las sobrinas
El «Luis sé fuerte» de Rajoy se convierte en «José Luis, Koldo, Santos, Aldama, sed fuertes»
Más vale que sobre que no que falte, nos recuerda sabiamente el viejo refrán, aunque no siempre los refranes sean sabios o sus sentencias puedan ... asumirse como verdades incuestionables. Por ejemplo, «al que madruga, Dios le ayuda», pero «no por mucho madrugar amanece más temprano». ¿En qué quedamos? ¿Es bueno madrugar o no? A lo que yo iba es al «sobre» como objeto, vocablo muy popular esta última semana a raíz de la aparición de unos sobres con membrete del PSOE conteniendo billetaje en su interior y presuntamente destinados a compensar «descuadres» contables, bien sea entre sus destinatarios o en el seno de las entretelas del partido, que en eso no vamos a entrar mientras no haya pronunciamientos judiciales. Los recipiendarios de tales aguinaldos son, según se dice, los sospechosos habituales, es decir, los de siempre desde que los Ábalos, los Koldos y demás colateralidades asomaron la gaita en los juzgados.
No se sabe si esos sobres (y acaso muchos más aún no detectados) llegaron a manos de los beneficiarios por haber madrugado mucho o por haber dormido la mañana. Parece que, con independencia del horario, alguien se los depositaba gentilmente sobre las respectivas mesas de trabajo. En un primer vistazo, las cantidades ensobradas no son más que fruslerías, pura calderilla de la que ni la Agencia Tributaria (tan puntillosa con el ciudadano de a pie como indulgente con quienes están metidos de lleno en la pomada) parece ocuparse. Al menos, de momento. Supongo que Hacienda dejará que hurgue la UCO hasta ver a dónde llegan las dimensiones del posible blanqueo.
Sea como fuere, a base de estipendios y modestas (o no) remuneraciones, hemos ido pagando festejos y putañerías, mientras quienes disfrutaban de esa lluvia de rentas disponían de un «sobretodo» que, a modo de gabán, les mantuvo al abrigo de toda sospecha durante años. Tan seguros estaban de su impunidad que no me extrañaría que organizaran merendolas y picnics campestres tanto vegetarianos («lechugas» mayormente) como carnales (en todos los sentidos), «chistorras» incluidas. Me los imagino en plena escena campestre con el mantelito a cuadros, la cestita y la nevera portátil a la sombra de un chopo a través de cuyo ramaje se filtraban los «soles» primaverales. Y a las sobrinas y suripantas, cual potrillas retozonas, dando juguetones saltitos sobre el mullido césped.
Más en serio, lo de los sobres nos trae recuerdos de épocas que creíamos periclitadas tras la escandalera de la tesorería del PP. Ahora, el «Luis sé fuerte» de Rajoy se convierte en «José Luis, Koldo, Santos, Aldama, sed fuertes». Todo por unos sobres indiscretos que pueden no ser nada o albergar rayos y truenos en su interior. La UCO lo dirá. Recordemos, finalmente, que «sobre» también es una preposición: sin, so, sobre y ¡tras!
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