La política va por barrios
La propia dinámica de los grandes núcleos ciudadanos hace que los barrios cobren cada vez mayor relevancia
Hace tiempo, ser de barrio era casi como ser de pueblo. Se apreciaba un cierto aire de desdén e inferioridad si residías en la periferia de la ciudad, alejado del cogollo de la misma. Algo parecido sucedía en los pueblos con respecto a los habitantes de la capital. Poco a poco, el concepto de centro urbano se fue extendiendo a medida que las ciudades se expandían y el concepto de centro también adquirió connotaciones más amplias. Los pueblos, en cambio, fueron menguando en cuanto al número de habitantes, hasta quedar reducidos en muchos casos a meras sombras de lo que antaño habían sido.
La propia dinámica de los grandes núcleos ciudadanos hace que los barrios cobren cada vez mayor relevancia, entre otras cosas porque constituyen una parte esencial de la realidad urbana. Y no siempre reciben el trato que merecen, por más que los políticos vean en ellos un caladero de votos. Los barrios son un buen termómetro para medir tanto la salud democrática de la sociedad –una democracia que cada día debe ser más inclusiva y participativa-- como para comprobar la calidad de vida de sus habitantes, la cohesión social, el sentido de pertenencia y de comunidad. De ahí la importancia del asociacionismo como movimiento de base al servicio de todos sus convecinos.
El pasado domingo, la Federación de Asociaciones del Barrio Antiguo, con Luis Delgado Castaño al frente de la directiva del colectivo vecinal, otorgó los galardones anuales en una hermosa ceremonia que tuvo lugar en la Real Capilla de San Jerónimo. El acto contó con la presencia del presidente del Consejo Económico y Social de Castilla y León, así como representantes de la corporación municipal salmantina y otras autoridades. Las medallas de este año correspondieron a Juan Manuel Corchado, rector de la Universidad de Salamanca, y a Angelita Calvo, presidenta de honor de Alumni. Las águilas FAUBA se concedieron a Manos Unidas y a la Asociación de Enfermedades Raras de Salamanca.
En las intervenciones se puso de manifiesto que el Barrio Antiguo tiene, como otros de la ciudad, necesidades específicas relacionadas con los servicios públicos, la seguridad, los espacios verdes, el urbanismo, el envejecimiento, con las desigualdades socioeconómicas y el bienestar de los colectivos más vulnerables. Y es que la política centrada en los barrios incide directamente en la revitalización de los mismos, en el mantenimiento y conservación de su patrimonio, y en otros aspectos tan fundamentales y difíciles de cuantificar como puede ser la accesibilidad, los equipamientos, la movilidad, la presión turística poco o nada sostenible, etc. Iniciativas como la que tuvo lugar el domingo merecen, en mi opinión, todo el respaldo, apoyo y reconocimiento. Porque los barrios y quienes en ellos viven son también Salamanca.
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