El español, idioma imparable

Sabido es que las lenguas son elementos aglutinadores cuya riqueza es un bien irrenunciable y necesario. Nadie discute la diversidad lingüística europea, como tampoco se pone en tela de juicio el papel del inglés o del español. O del chino, el japonés, el coreano y otros idiomas en los que se mueve la política y la economía en el mundo de hoy. Inmediatamente después del Brexit, el Gobierno británico inició una política de concienciación acerca de la necesidad de que el español, lengua global a fin de cuentas, se estudiara como primera opción en los centros educativos del Reino Unido. El organismo cultural por excelencia, es decir, el British Council, emitió en su día un informe en el que, tras incidir en la importancia del aprendizaje de otras lenguas, ponía especial énfasis en el hecho de que el español, el chino, el francés, el árabe y el alemán (por ese orden) recibieran más atención por parte de una sociedad cuyos ciudadanos deben ser conscientes de que a la lengua inglesa le han salido muchos competidores. El mantra del inglés como lenguaje internacional de los negocios puede verse amenazado en el futuro.

En Estados Unidos, y concretamente en el seno de la Universidad de Harvard, funciona el Observatorio de la Lengua Española y Culturas Hispánicas, dependiente del Instituto Cervantes. Pues bien, según los pronósticos de dicho Obervatorio, más de 500 millones de personas tienen el español como lengua materna. Más de veinte millones de alumnos estudian español como idioma extranjero en el mundo, y dentro de cuatro décadas Estados Unidos será el segundo país hispanohablante después de México. El mercado es, pues, suculento, si bien en algunos países, como Brasil, las últimas normativas referentes a la enseñanza de idiomas en las etapas preuniversitarias son un tanto preocupantes. Esperemos que en nuestra universidad no vuelvan a alzarse voces reclamando la retirada del Honoris Causa para el presidente Lula por haber respaldado esta política nada favorable para nuestros intereses. El prestigio de la Universidad de Salamanca en ese gigantesco país ha venido siendo extraordinario. Confiamos en que siga así.

Sin duda, el español es un idioma en imparable e imbatible ascenso. A Salamanca acuden miles de estudiantes para aprender y practicarlo. No solamente en verano, sino a lo largo de todo el año las universidades y un buen puñado de academias acogen alumnos de los más variados países, conscientes de la importancia de la lengua española. Aquí disponen de un ambiente agradable y propicio para el estudio y la diversión. Aquí pueden disfrutar de un entorno admirable, donde la historia y la cultura rezuman en cada monumento, en cada calle, en cada rincón. Tanto de día como de noche. Y eso, por fortuna para nosotros, no hay ciudad que lo supere.