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Entre pájaras y petardos

Miércoles, 14 de mayo 2025, 05:30

Cada día estoy más convencido de que el WhatsApp es un invento del diablo. Y no sólo por los grupos de padres o de las extraescolares, o por ese millón de veces que te equivocas de chat al enviar un mensaje y terminas retratado ante el personal, el peligro potencial llega hasta el infinito y más allá, afectando incluso al impertérrito Pedro Sánchez, al que le cuesta dormir por las noches pensando en la siguiente entrega de la filtración de sus mensajes cruzados con Ábalos.

Ya lo decían los antiguos: «Lo escrito, escrito está»; y según que palabras, como 'pájara', 'petardo' o 'tocacojones', no quedan especialmente bien negro sobre blanco cuando te refieres a tus compañeros de partido y a miembros de tu gabinete. Es verdad que falta el contexto de esas conversaciones, pero no siempre es imprescindible. Lo desvelado estos días evidencia y confirma muchas sospechas, de entrada, que Ábalos era el brazo ejecutor de Sánchez en el PSOE y en el gobierno. Se ve que, entre citas con señoritas y juergas varias, el exministro sacaba tiempo para leerle la cartilla a los que se salían del guión oficial. El ahora denostado Ábalos, y su compadre Koldo, eran la correa de transmisión de las bullas del jefe.

También se ha retratado Sánchez en su relación con 'los petardos', el grupo de barones socialistas más críticos. Todo disenso se interpreta como deslealtad y las discrepancias se ven como una traición. No hay más. Pensamiento único como imposición en un partido que saca pecho cuando habla de democracia interna, jajaja. Toda opinión ajena al mantra 'sanchista' es una subversión que necesita ser atajada, y de eso se encargaba, incluso en persona, un iracundo presidente del gobierno (según ha contado Lambán). Y así es como se ha construido el actual PSOE, en el que, hasta un acólito de manual como Luis Tudanca, fiel y sumiso a Ferraz desde el minuto cero, es neutralizado en Castilla y León por enfrentarse a alguno de los satélites de Sánchez en la Moncloa.

Y así andan los socialistas, desayunando filtraciones y reclamando ahora investigaciones de la justicia para saber cómo y quién ha dejado en evidencia a su líder supremo. Es enternecedor ver cómo ahora denuncian esta práctica periodística totalmente legítima cuando hace años, cuando estuvieron en la oposición, cimentaron sus críticas a Rajoy en el 'Sé fuerte' a Bárcenas. Por cierto, que el PP aplaude ahora lo que entonces criticó, pero ya sabemos, que los partidos viran en función de sus urgencias. Y eso que no podemos leer sus grupos de WhatsApp.

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