Borrar

Pagar la fiesta

Miércoles, 25 de junio 2025, 05:30

No, esta no es una columna más sobre la fiesta que Koldo, Ábalos y Cerdán se han pegado durante años a costa del erario público. Podría, pero ya han quedado suficientemente retratados con sus palabras y hechos. Hoy hablaré de la fiesta de unos cuantos que otros tienen que sufrir. Son esos vecinos que, de viernes a domingo, tienen que lidiar con el after-hour de la cuesta de Sancti Spíritus de la capital.

Salir a primera hora de sus portales se ha convertido en una actividad de riesgo. El otro día escuché a la propietaria de una vivienda del edificio relatando cómo tenían que esquivar orines, defecaciones, gente consumiendo drogas y otros entregándose a placeres más carnales. Eso, cuando no son peleas o amenazas directas a los vecinos.

Los más mayores de los edificios colindantes ya han renunciado a bajar de sus casas durante esas horas. Tienen miedo y es normal. Se acabaron los desayunos dominicales con chocolate y churros por culpa de unos 'bandarras' que no saben compaginar diversión y respeto. Y en las ventanas afloran carteles 'Se vende' de vecinos que prefieren sacrificar una vivienda en el centro de la ciudad para trasladarse a latitudes más tranquilas.

Consciente del problema, el Ayuntamiento ha instado a la Policía Local a que intensifique la presencia en la zona y eso se ha traducido en varias redadas en las últimas semanas en las que se han incautado drogas y armas. Nada que no se supiera. Pero los vecinos quieren más, exigen el cierre del local y argumentan que el historial de multas tendría que ser más que suficiente para ponerle el punto el final administrativo. Y tienen razón.

Pero más allá de este caso puntual, es interesante plantearse si este tipo de negocios tienen cabida en las zonas residenciales, o si, como ocurre en otras ciudades, es conveniente alejarlos del centro para aterrizar en espacios comerciales o en polígonos industriales. Metros y metros cuadrados a bajo coste para que la fiesta no pare y sin vecinos a los que joder. Es cierto que el margen de maniobra municipal para conseguir el traslado de unos negocios privados es muy estrecho, pero la política siempre encuentra herramientas que sirvan a sus intereses.

Ahora, dicen esos mismos vecinos, se rumorea que el propietario del after de Sancti Spíritus puede abrir un local similar en la Gran Vía. Hay negocio y está más que dispuesto a explotarlo, y depende de las administraciones que la historia no vuelva a replicarse, que esa fiesta de unos, la terminen pagando otros.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Pagar la fiesta