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Siento si el título les ha llevado a engaño pero no voy a hablar de los variopintos virus y resfriados que tienen a media humanidad con el pañuelo colgando, en realidad, dista mucho de toda patología y se centra en el debate abierto sobre la conveniencia o necesidad de que Castilla y León cuente con más facultades de Medicina. Hoy será cuando Mañueco se siente a la mesa con los rectores y el tema tiene suficiente calado cómo pararnos a analizar.
Hay estudios que son tremendamente ingratos para las aspiraciones que tienen las Universidades de León y de Burgos. Uno de ellos, elaborado por el Sindicato Médico, viene a concluir que dentro de diez años sobrarán la mitad de los licenciados que terminen en las facultades de Medicina. Estos son los números: cada año salen de las universidades españolas cerca de siete mil licenciados, con su fonendoscopio a estrenar; y cuelgan la bata unos nueve mil profesionales. Hasta aquí todo cuadra. La anomalía se produce cuando analizamos cuántas jubilaciones se registrarán dentro de diez años (4.500) y lo comparamos con los egresados de las facultades (9.000). Sólo hace falta restar y comprobar como el dato mata al relato. Y esto sin tener en cuenta el crecimiento exponencial de facultades que se está registrando en todo el país, tanto en centros públicos como privados.
Así que, si la deriva es la esperada, la mitad de los primeros titulados en Medicina en León y Burgos se van a quedar sin plaza en hospitales y centros de salud. El tren de la falta de profesionales médicos nos arrolló hace años sin que nadie tomara decisiones y ahora, que los de traje y corbata se han puesto a la tarea, nos vuelve a pillar a pie cambiado. El cortoplacismo manda y todo análisis de largo recorrido queda sepultado entre anhelos y promesas.
En Andalucía tienen facultades de Medicina en todas las provincias. ¿Saben cuál es el principal problema de la Sanidad en esas latitudes? La falta de profesionales. Porque este sudoku tiene otro componente que lo altera todo: las plazas MIR. El cuello de botella en el que se quedan atascados los licenciados que podrían alimentar al sistema. Ningún gobierno, ni del PP ni del PSOE, ha sido capaz de acompasar esas plazas a las necesidades. Y así están autonomías como Castilla y León contratando a licenciados sin el MIR para sus consultorios y centros de salud, con el consecuente y esperado enfado monumental de los Colegios de Médicos, que también se ven amenazados por esta urgencia de Más Medicinas.
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