Borrar

Controversias de enero

Acabar, por qué no, celebrando Navidad, Semana Santa y Ferias entre julio y agosto y vamos más sobre seguro

Miércoles, 8 de enero 2025, 05:30

Aunque también esto es objeto de controversia, viva incluso, lo que entendemos como «navidades» (en plural, de Nochebuena a Reyes antes y hoy más o menos las vacaciones de niños y afortunados) nos han dejado un puñado de encendidos debates en los hemiciclos digitales salmantinos, extensión de viejas barras de bar y pies de obra.

Hay a quien le ha parecido raro que por las calles antiguas se haya visto caminar a un crucificado, esquivando luces y guirnaldas festivas, para abrir el año jubilar dedicado a la esperanza con una procesión extraordinaria, pero no mucho.

Eso pese a un incontestable apoyo de público, que no le faltó tampoco a la Cabalgata de Los Reyes Magos. Yo salí a recordarle a Baltasar mi dirección –que una vez que te vas de casa de tus padres nunca estás convencido del todo de que vayan a saber dónde encontrarte– y tuve que levantar bastante la voz entre el gentío que hizo mayoritariamente lo que suele hacerse en estos casos: coger el paraguas por si acaso y salir a la calle.

La disputa aquí era si no hubiera sido mejor adelantar la recepción a sus majestades como hicieron otras ciudades. Figúrense, tal y como está el Oriente, por desgracia, si los reyes se van a asustar por un poco de agua, acostumbrados a lluvias de otro tipo.

El debate, desconozco si ha tenido o no precedentes, me parece, sin embargo, muy propio de este tiempo de cambio y esquizofrenia que vivimos. Desgajar las fiestas del poco sentido que les vaya quedando hasta acabar, por qué no, celebrando Navidad, Semana Santa y Ferias entre julio y agosto y vamos más sobre seguro. Habrá que evitar los golpes de calor, pero no se puede tener todo.

En lo que llegamos y no a ese punto, hay que irse haciendo a nuevas expresiones de estos tiempos. Por ejemplo, trepar al árbol de la Plaza Mayor. Donde tú ves un elegante acierto decorativo, hay quien ve un estimulante desafío a la gravedad y lo mismo acaba asentándose en el calendario oficial de tonterías.

Ojalá no prospere lo de tener que pasar las fiestas haciendo cola en los centros logísticos. Almacenes colmatados de montañas de cajas de imposible reparto que habrán costado por la espera más de un catarro a algún ayudante de Melchor y más de un ataque de ansiedad a los trabajadores.

Son procesos que tal vez no nos explican, pero nos definen. Como ver las escaleras de San Martín tomadas por repartidores con sus patinetes prestos. Tú te ahorras 20 minutos y salir de casa esa noche que llovía y la ciudad pierde una fachada románica, qué se le va a hacer.

No tiene pinta de que vaya a dejar de pasar. Tampoco que las estaciones parecieran el lunes y ayer mismo Barajas en hora punta, llenas de despedidas. Jóvenes salmantinos a los que les es imposible quedarse a vivir aquí. Igual alguien ha pensado que esto ya estaba resuelto, cuando se nos ha ido el rato discutiendo si una estampita con una vaca o un vestido de gotas de leche.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Controversias de enero