Conducir por la izquierda
Yo pensaba que conducir un Gobierno por la izquierda implicaba ofrecer buenos servicios públicos a los más desfavorecidos
Dicen que, desde la Guerra de la Independencia, ha habido una estrecha relación entre Miróbriga y Gran Bretaña. No en vano, lord Wellington fue nombrado nada menos que duque de Ciudad Rodrigo por salvar a los farinatos de las garras del francés. Pero de ahí a que ahora hayan comenzado a conducir por la izquierda cada vez que vienen a Salamanca hay un trecho largo.
A Béjar también se la conoció como la «Manchester castellana» por el desarrollo de su industria textil allá por el siglo XIX. Y curiosamente, de un tiempo a esta parte, a sus vecinos también les ha dado por circular por el lado izquierdo de la calzada cuanto cogen la autovía hacia la capital.
Aquí hay gato encerrado. No puede ser que ahora, cuando el Brexit ha separado nuestros caminos, dos pueblos salmantinos comiencen a encontrarle gusto a conducir a la contra que el resto de los españoles. Y lo peor es que a los que residen en la capital del Tormes también se les ha pegado esta forma de ir al volante cada vez que se acercan a estos dos núcleos de población situados al oeste y al sur de la provincia.
El otro día encontré alguna pista sobre la razón de este sorprendente cambio de hábitos, que bien podría protagonizar algún programa de Iker Jiménez. Estaba mirando la cuenta de la red social en la que tanto se prodiga el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible -sí, lo confieso, «hay gente pa'tó»- cuando descubrí que Óscar Puente había publicado por error un mensaje que rezaba así: «Bueno días Ministro, seguro que ya estás en ello pero hay que hacer algo con la A-62, los baches son ya socavones (emoticono de cara con sudor frío), un saludo y felicidades por su gestión». Y lo acompañaba incomprensiblemente con una imagen de las obras de la variante de Béjar. Lo borró en minutos y ha preparado una polémica, de las que tanto le gustan, sobre si tiene cuentas de X secundarias para alabarse a sí mismo. A mí eso me da igual. Él sabrá si necesita satisfacer su ego de ese modo. Me preocupa más que sepa el lamentable estado de la Autovía de Castilla y no haga nada.
También debe conocer la deplorable situación en la que se encuentra la Autovía Ruta de la Plata porque hace nada el Gobierno ha reconocido a senadores del Partido Popular que tiene intención de arreglarla -está redactando un proyecto que estima una inversión cercana a los trece millones de euros- pero dice que no tiene presupuesto.
De este modo, mirobrigenses, bejaranos y todos los que nos movemos por estas autovías como si fuéramos lores ingleses nos arriesgamos a que la Guardia Civil nos ponga una receta de hasta 200 euros con tal de mantener a salvo los amortiguadores de nuestros vehículos o evitar un reventón que ponga en riesgo nuestra vida.
Tampoco debe haber presupuesto en el ministerio de Óscar Puente para ampliar frecuencias del tren Alvia que comunica Salamanca con Madrid, prometidas este año tanto por él como por el delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen. Ambos supeditaban a la llegada de nuevos trenes encargados a Talgo la puesta en marcha de una quinta frecuencia a diario y una cuarta los fines de semana. Pues ya están aquí y ahora dice el Ministerio que no hay demanda de viajeros suficiente.
Yo pensaba que conducir un Gobierno por la izquierda implicaba ofrecer buenos servicios públicos, aunque resulten deficitarios, para favorecer políticas sociales que ayuden a las ciudades y provincias menos favorecidas. Pero no deben ir por ahí los tiros de nuestro ministro ni del «puto amo» de su jefe. Tendrán que ahorrar para pagar una buena defensa judicial de sus amigos.
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