Las campanas ya doblan por Pedro
Al final Fernando Pablos se va a salir con la suya y Mañueco terminará convocando elecciones. El histórico socialista salmantino, que lleva la friolera de tres décadas ininterrumpidas cobrando dinerito del erario público, pedía recientemente al presidente de la Junta que nos convocara a las urnas para medir si su nuevo jefe regional, Carlos Martínez, podía conseguir lo que no lograron sus antecesores desde Demetrio Madrid, que la izquierda volviera a gobernar Castilla y León. Pues bien, como por obra y gracia de Pablos y de su compañero Santos Cerdán, su deseo está más cerca de cumplirse.
España está abocada a unas elecciones generales de manera inminente. Los escándalos de corrupción de la banda del Peugeot nos dirigen irremediablemente a las urnas, y eso provocará que Mañueco apriete el botón del pánico para, entre otras cosas, satisfacer a Pablos. El informe de la UCO conocido el jueves es demoledor y esta situación ya es insoportable. En un parlamento fragmentado con un mínimo de decencia y un Gobierno salpicado por casos constantes de corrupción no habría durado dos telediarios, pero aquí se ha tragado con todo para evitar lo inevitable, que el centro-derecha vuelva a capitanear el barco. Pero ya no hay vuelta de hoja. Que el PSOE vaya a tener a dos secretarios de organización imputados por presuntos delitos relacionados con la corrupción exige una respuesta inmediata más allá de los paños calientes que pone el secretario general.
Ayer nos enterábamos que los lugartenientes de Sánchez habían amañado las primarias del PSOE en 2014. Aquellas que se convocaron para suceder a Rubalcaba y en las que el actual presidente del Gobierno ganaba a Madina. Según la UCO Cerdán y Koldo eran los ejecutores de unas prácticas delictivas que deberían tener a las bases socialistas ya en pie de guerra. Si la banda del Peugeot fue capaz de esto en 2014 no nos puede sorprender que a Susana Díaz se la cargaran con métodos similares. Ya se sabe que el que nace lechón muere cochino. A ver si ahora después de amañar primarias van a haber sido capaces de un pucherazo en las generales, que visto lo visto serían capaces.
Llama la atención ver ahora la defensa pública de hace menos de un mes de Pedro Sánchez a Cerdán, o las que ha realizado la vicepresidenta María Jesús Montero o el ministro Félix Bolaños. Todos deben tener las manos abrasadas porque literalmente pusieron las manos en el fuego por el secretario de organización del PSOE. No sé qué más tiene que pasar para que Pedro Sánchez, con su mujer y su hermano también en los titulares de prensa, coja las de Villadiego. Para que demuestre la decencia que tantas veces pidió a Rajoy, que por mucho menos de este esperpento acabó con una moción de censura.
La cínica comparecencia de ayer de Sánchez ante los medios de comunicación no va a ser capaz de impedir la estocada política que va dirigida al mismísimo hoyo de las agujas. Sin asumir una sola responsabilidad por lo ocurrido se limitó a prometer una auditoría externa y a cambiar cromos en su Ejecutiva. Se preparan en Ferraz las honras fúnebres para un líder que ha ingresado en paliativos. Un perdón de tanatorio y con carita de pena no va a ser suficiente para evitar el desenlace esperado. Las informaciones van a seguir apareciendo y muchas ratas terminarán abandonando el barco para ver si una retirada a tiempo puede asegurarles la manduca del futuro. Esa presión terminará por asfixiar a un político al que todo lo que le rodea huele a cloaca. Las campanas se preparan para doblar, Pedro.
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