La estupidez del día
A mí lo que realmente me indigna, señora Reboleño, es que usted se lleve al mes cerca de 6.000 euros por hacer y decir bobadas
Dice el refrán castellano que cuando el diablo no tiene qué hacer, mata moscas con el rabo. Eso es lo que parece que hacen algunas señorías de la izquierda retrógrada, que como ya han solucionado todos los problemas que tenemos los simples mortales, se dedican a la estupidez en forma de ocurrencia de lo primero que les viene a la cabeza.
Ayer una señora del grupúsculo de Sumar defendió las bondades que tiene para los españoles el quitarle el apellido al Congreso de los Diputados porque, según ella, el reglamento de la Cámara Baja, que es de donde va a desaparecer la palabra Diputados, ignoraba a las mujeres con la excusa del masculino genérico. Yo no sé qué tipo de traumas de pubertad tiene esta «individua» o si lo suyo es simplemente aburrimiento, pero el género neutro engloba a ambos géneros, sin necesidad de divagar entre el masculino o el femenino, porque si nos ponemos tan exquisitos es posible que determinados colectivos también se sientan excluidos de su «lenguaje inclusivo».
Oiga usted, señora de Reboleño, ¿de verdad que no tienen cosas más importantes que hacer en el Congreso de los Diputados que dedicarse al absurdo?
A mí lo que realmente me indigna, señora Reboleño, es que usted se lleve al mes cerca de 6.000 euros por hacer y decir bobadas. ¿Pero usted se ha escuchado diciendo que nuestras palabras institucionales han invisibilizado a la mitad de la población?, ¿se puede ser más cursi?
Póngase ustedes a trabajar para solucionar de verdad el problema de la vivienda, que no es cuestión de criminalizar a una parte de la población que ha estado ahorrando toda su vida para tener una propiedad con la que complementar su pensión el día de mañana o de satanizar a las empresas. Es cuestión de que haya suelo disponible para que se construyan más viviendas a precios asequibles. Es cuestión de que los ciudadanos tengan un trabajo digno para poderlas pagar y es cuestión de que no sean ustedes tan cicateros con el medio rural, para que sea igual de atractivo que las grandes ciudades. ¿Usted sabe por qué los pueblos cada vez se vacían más y las grandes urbes, como Madrid o Barcelona cada vez se llenan más y es más difícil adquirir una vivienda?
Espolee usted al ministro de Transportes, Óscar Puente, para que la misma actividad que tiene para cuestionar a los periodistas que no le «bailan el agua» y para estar todo el día con el dedo pegado a «twiter», ahora «X», la tenga para arreglar las autovías, que dentro de poco las plantas de Traumatología de los hospitales estarán llenas de los damnificados por las infraestructuras públicas que dependen del señor ministro o que invierta en la red del ferrocarril para que los trenes no se paren en medio de la nada, supuestamente por sabotajes, y dejen tirados a los pasajeros hasta 15 horas sin aire acondicionado, sin agua y sin servicios. ¿No le parece a usted, señora parlamentaria del Congreso de los Diputados que es inhumano?
Tampoco la he escuchado yo azuzar a la ministra del «apagón», porque jamás habíamos estado sin suministro eléctrico tantas horas hasta que ha llegado esta tropa ministerial del Consejo de Ministros. Por cierto, otro nombre que tendrán que cambiar ustedes, dígaselo a doña Yolanda para que se entretenga un poquito ideando un nombre inclusivo para definir las reuniones que tienen los martes los no sé cuántos ministros en el Palacio de la Moncloa. Oiga usted, una última duda: ¿Palacio es también masculino genérico? Porque igual también desde La Moncloa se está invisibilizando a la mitad de la población, ¿usted qué cree?, ¿habría que pensar otro nombre para referirnos al suntuoso edificio donde reside el presidente Sánchez?