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El jueves comenzó el curso para los más pequeños. Las Ferias y Fiestas de Salamanca han dado su pistoletazo de salida; la ciudad alberga un gran escenario sobredimensionado en una plaza que deja su belleza para otra ocasión; las calles se llenan de casetas, este año menos y ojalá pronto decidan ubicarlas en un espacio «ad hoc»; la Catedral de fondo sirve de skyline al LXXIII Concurso Hípico Nacional de Saltos de Obstáculos 2023 en el Campo de Tiro; la pintura de Ángel Luis Iglesias inunda la Catedral Nueva con su exposición «Apóstol»; los toros llegan; el Ferial bulle con el circo y las atracciones que harán las delicias de los niños para que, durante un tiempo, olviden que el curso empezó…
Y mientras parece que en Salamanca todo fluye y es pura fiesta, España se glorifica con una inmensa «corona de espinas»…y por cada una, un problema.
Este ojo que observa ve el panorama lleno de espinas y por desgracia las golondrinas hasta dentro de muchos meses, no volverán. Tengo la sensación de estar viviendo una época de grandes cambios de los que no acabo de ver a dónde nos llevan. Si hago memoria nada es parecido a otros tiempos aún próximos. ¿Qué le pasa a nuestra España? Asistimos perplejos a las acciones más extrañas de la última etapa democrática y constitucional del País. La RAE define Nación como un «Conjunto de personas de un mismo origen étnico que comparten vínculos históricos, culturales, religiosos, etc., tienen conciencia de pertenecer a un mismo pueblo o comunidad, y generalmente hablan el mismo idioma y comparten un territorio» y ahora explíquenme ¿somos una Nación? Ya están contratando a todo prisa traductores, taquígrafos…para un Congreso Nacional donde cada uno hablará en la lengua que le dé la gana y estamos dispuestos a dividir el territorio que nos compone como unidad nacional, para ser los más progresistas del mundo mundial. Y mientras tanto aquí no nos vamos a poder jubilar hasta que nos metan en la caja de pino y los autónomos van a morir porque no se van a poder permitir pagar la barbaridad que se avecina. Todo está carísimo, la cesta de la compra ya no es cesta, es una caja de caudales, los libros se han disparado, el gasóleo se va a poner por las nubes (ya lo está), el aceite de oliva es realmente el oro verde…y así podría decirles una y mil cosas. Las listas de espera de la sanidad… ¡si no contratan médicos! y ¡no será porque no tenemos, que se van a otros países donde se les paga mucho más, se les considera y no se les explota!… o un profesorado que no aguanta más por otro puñado de razones… Pero el dinero tiene que ir a otras cosas que, lejos de unir a los españoles, nos separan cada vez más como territorio y nos hacen odiarnos los unos a los otros por las desigualdades que se están generando en España, cuando por ley todos somos iguales…¡Menudo panorama!
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