Malos tiempos para la música

Me ha llamado mucho la atención cuando en medio de la vorágine en la que se encuentra el presidente del Gobierno, un político de izquierdas e independentista para más señas, Gabriel Rufián, señala que encuentra a Pedro Sánchez decaído tras el encuentro sin fotos que ha llevado a cabo en la Moncloa. No es para menos dada la situación en la que intenta mantener la legislatura demostradamente corrupta después de escuchar grabaciones y también declaraciones. Sánchez debería tomarse otros cinco días de reflexión para tomar la decisión que esperan muchos españoles y que no es otra la de finalizar el mandato y convocar elecciones. Vemos claro que el presidente no se fía de las urnas y si pensamos que incluso en sus propias primarias, cuentan ya con actuaciones corruptas que solo por éstas, tendría que pensar en la dimisión. Dice además que después de 11 años con dos secretarios de Organización que evidentemente han actuado de forma, como poco, irresponsable, no sabe nada de lo que han hecho presuntamente a sus espaldas.

Y ahora nos encontramos a la espera de explicaciones, ahora en el Congreso, explicaciones sobre asuntos que ya conocen todos los españoles y que no harán más que intentar alargar contra viento y marea la agonía de una legislatura que, una vez más, no cuenta con presupuestos ni tampoco con mayorías claras, tan solo la necesidad de varios grupos políticos de mantenerse en el candelero aguantando lo inaguantable. Y es que, aunque la economía acompañe en estos momentos, el horno no está para bollos con varios conflictos internacionales abiertos y con un posicionamiento de nuestro país nada claro en el panorama internacional. Ya ha avisado hasta su santidad el papa, nos encontramos al borde de un conflicto mundial que puede derivar en nefastas consecuencias. Mientras tanto, divagamos en los micrófonos de medios de comunicación buscando a los malos y afirmando inocencias. Pues bien, que sepan que nada de esto es la pura verdad, la política mantiene aristas que se deben perfilar y ahora, después de una reflexión, puede ser el momento de ir tomando decisiones sabiendo que algunos ya se encuentran encastillados y no se querrán mover hasta dentro de dos años. Largo me lo fiáis, queridos políticos, que han olvidado que los votos son para servir, no para servirse. Muchos ya piensan que no pasará esta nefasta legislatura del invierno y ahora que hace calor, será el momento de darles una vuelta a este circo que se ha montado entre bombas, traiciones y desaciertos. Ahora esperamos que si aún queda un poco de materia gris se haga comprender que no se puede seguir así en la incertidumbre. Y estoy seguro de que nada irá bien si no se busca el camino hacia la razón.