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DE CALLE

Pocas ideas y muchos pisos

La campaña arranca floja en Salamanca, con pocas ideas y mucho aroma viejuno por parte de los máximos aspirantes a la Alcaldía

Julián Ballestero

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Jueves, 18 de mayo 2023, 07:07

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El mercado electoral en Salamanca arranca flojo. No ha habido grandes mítines, ni pequeños, cosa que se agradece, y los candidatos a la Alcaldía de la capital no están haciendo un derroche de imaginación a la hora de lanzar propuestas innovadoras para atraer el voto del domingo día 28, cosa que se echa de menos.

Al menos habrá debate, lo que contribuiría a introducir un poco de picante en una campaña que tiende al tedio. El actual alcalde no quiere saber nada de enfrentarse al líder del PSOE en un cara a cara pero al final ha aceptado compartir el ring en una contienda a cinco bandas con Mateos y los otros tres aspirantes con representación municipal. Es una deferencia por parte de Carbayo, porque en las alcaldías no son obligatorios los cara a cara, como sí lo son por ley en las elecciones al Gobierno regional.

Carbayo y Mateos van al trantrán, tranquilos como son ellos, como si estuvieran cumpliendo un trámite más que jugarse la vida (política). El aspirante a repetir como alcalde lleva una línea más moderna, más tecnológica, con eso de las becas de investigación para jóvenes y el centro de alto rendimiento de producción digital, aunque también se apunta al aroma viejuno con su proyecto de convertir a Salamanca en la «Cambridge española» o esa lavandería para mayores que viene arrastrada de hace cuatro años. El socialista, en cambio, está desgranando un programa con aromas del siglo pasado, entre las asambleas de barrio, las nuevas sedes para asociaciones de vecinos o eso otro tan manido de la «cultura descentralizada y participativa», aunque también ha anunciado que creará mil empleos, al estilo de los ochocientos mil que prometía Felipe González en los ochenta.

En lo que ambos candidatos coinciden es en vivienda, donde intentan competir con Pedro Sánchez prometiendo pisos para todo el mundo, aunque Carbayo y Mateos no le llegan a la suela de los zapatos. El inquilino de la Moncloa lleva comprometidos entre 15.000 y 45.000 millones de euros en pisos, descuentos ferroviarios y planes de enseñanza y no hemos llegado ni a mitad de campaña. A este paso, antes de que votemos el día 28 se habrá pulido el presupuesto del Estado para dos años. Está regalando tanto y tan variado a los jóvenes y los mayores que cualquier anciano o chaval que no vote al PSOE deberá ser considerado un desagradecido y será señalado por la calle. Nos libra que no va a cumplir nada de lo que dice, y mejor así, porque de lo contrario la quiebra del Estado sería irremediable.

La vivienda vuelve a figurar entre las grandes preocupaciones de los españoles según el CIS de Tezanos (a saber) y ahí se juegan algunos votos. Quizás no tantos como en el terreno de las listas con asesinos de Bildu, que eso sí puede ser un agujero negro para cualquier candidato socialista.

Por si acaso, Luis Tudanca, que vino ayer a Salamanca para apoyar a Mateos, eludió el asunto de los proetarras y sacó a relucir lo de los jeques, por si alguien se acuerda de aquel amago de escándalo. No fue el día más afortunado del líder regional de los socialistas, porque también vaticinó que «Mañueco y Gallardo recibirán un toque de atención demoledor el 28-M», en contra de todas las encuestas y todas las evidencias. Los resultados de las municipales pueden ser muy buenos o simplemente buenos para el centro derecha, que parte de un recuento nefasto en 2019: para quien puede resultar demoledor, al nivel del batacazo de las autonómicas del año pasado, es para el propio Tudanca. Pero claro, si no dimitió tras estrellarse como candidato a la Junta, no va a hacerlo ahora que no es él quien da la cara.

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