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Olor a elecciones

Mañueco lanzó un discurso con fuerte aroma electoral en la entrega de los Premios, pero no sabemos cuándo apretará el botón

Jueves, 19 de junio 2025, 06:00

El discurso de Mañueco durante la entrega de los Premios Castilla y León desprendía un fuerte aroma electoral. Eso es lo que me dice mi olfato político, que no siempre acierta. Por ejemplo, cuando tuve la oportunidad de escuchar 'en petit comité' a Pedro Sánchez en los tiempos del Peugeot, me pareció un trepa insensato que no llegaría a ninguna parte. Y me equivoqué en el cincuenta por ciento del análisis.

Lo de Mañueco parece bastante claro, porque no acostumbra a desgranar los principales logros de su gobierno en eventos de carácter institucional como el que reunió a novecientos invitados en el Miguel Delibes de Valladolid. Pero ayer lo hizo a conciencia. Desde los datos de empleo («Nunca ha habido tantos castellanos y leoneses trabajando como en mayo pasado») al reconocimiento de Castilla y León en los primeros puestos de España en Educación, Sanidad, Servicios Sociales y atención a la Dependencia, pasando por la estabilidad institucional, aunque esta última resulte un tanto cuestionable cuando tenemos un gobierno incapaz de aprobar los presupuestos de la Comunidad tras haber perdido la mayoría en las Cortes.

Pero lo más 'electoral' de su intervención fue sin duda la alusión a las «medidas ambiciosas y radicales» de la Junta para cohesionar el territorio y fijar población, entre las que destacó la gratuidad del autobús a partir de octubre. Por supuesto, no hubo referencia al problema del envejecimiento y la despoblación, enmascarado en los últimos años por la llegada de inmigrantes, ni a la fuga de talento universitario, ni al deterioro de la sanidad rural. No era el momento.

Mañueco dio en el Miguel Delibes el pistoletazo de salida a la campaña, y así lo entendió el conjunto de la oposición parlamentaria. El nuevo líder del PSOE regional, Carlos Martínez, le reprochó que aprovechara el acto institucional para lanzar la campaña y a la vez le afeó por copiarle la propuesta del «derecho a quedarse», que los socialistas quieren en exclusiva para Sánchez.

Lo que no sabemos es cuándo decidirá Mañueco apretar el botón electoral. Las circunstancias son propicias, el Partido Sanchista vive sus peores momentos, en Vox tampoco están para tirar cohetes… y aun así, cuesta. Porque el último sondeo sobre perspectivas electorales en Castilla y león, anunciado por la televisión regional, tampoco le anima demasiado. Con todo el fuego y el barro que está cayendo sobre el PSOE, la encuesta conocida en los últimos días le otorga una horquilla de entre 35 y 38 procuradores, a tres de la mayoría absoluta en el mejor de los casos. Y el socialista Martínez resistiría con entre 27 y 30 escaños, lo cual representa un milagro si tenemos en cuenta el olor a cadáver que desprende el partido. De cumplirse estos pronósticos, al final Mañueco para gobernar tendría que depender otra vez de Vox, que bajaría a ocho escaños pero seguiría siendo clave. Eso, o gobernar en minoría (a ver quién la aprueba los presupuestos) o con un pacto contra natura con UPL y Soria Ya.

También es verdad que a medida que vamos conociendo más detalles de las cloacas sanchistas, con nuevas «modelos» amigas de Ábalos que intentan sustraer pruebas a la UCO y con Cerdán convertido en dueño de la empresa a la que la Comunidad de Navarra concedía el mayor contrato por obras en muchos años (75 millones), las perspectivas tienden a mejorar. Así que a mí me sigue oliendo a elecciones en otoño. Pero también predije que la amnistía a los golpistas sería declarada inconstitucional, porque lo es, y no lo será. Hacer predicciones políticas en España es más difícil que lograr que Sánchez asuma alguna responsabilidad por algo.

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