Las obras de Puente
El ministro está tan ocupado con su tuiter que se olvida de ejecutar las obras pendientes en Salamanca, que son muchas
El ministro Óscar Puente está a otras cosas, por eso no tiene tiempo para ocuparse de avanzar en las infraestructuras del Estado pendientes en Salamanca, que son muchas. Entre alimentar las redes sociales y atender a los líos con los currículos de los dirigentes del PP, al titular de Transportes no le da la vida.
Es comprensible que el ministro vallisoletano se olvide de los líos con los trenes y los desperfectos en las carreteras. Para un líder nato como Puente, lo prioritario es la imagen, y lo de la gestión… aparte de resultar muy aburrido, no da 'likes' ni te hace ascender en la escala de méritos del sanchismo.
Así se entiende que la licitación de obras de Fomento en la provincia haya quedado reducida a una cantidad testimonial en los seis primeros meses del año. El ministro solo ha 'movido' 12 millones de euros de enero a junio, la quinta parte de lo que puso en marcha el año anterior, que tampoco fue para tirar cohetes precisamente. Han sido 51 millones de euros menos que en el mismo periodo de 2024, que ya fue un ejercicio malo, tirando a horrible, para la inversión en obras del Estado en la provincia.
Y no será por falta de tareas pendientes. El Ministerio de Transportes tiene mucho corte en Salamanca, desde la terminación de la electrificación de la línea férrea hasta Fuentes de Oñoro a la reforma del acceso Norte por el Helmántico, el enlace de Buenos Aires o el arreglo de las autovías A-62 y A-66. Ahí es ná.
Por lo visto, el departamento de Puente se ha olvidado de Salamanca. Puede ser un descuido o por desgana, porque dinero para acometer las obras pendientes, haberlo haylo. Para que se hagan una idea, el Gobierno sanchista gestiona 140.000 millones de euros más cada año del que disponía el Ejecutivo comandado por Mariano Rajoy en 2018. La recaudación de impuestos va como un tiro, en las arcas del Estado no cabe ni una furgoneta más llena de billetes de cincuenta euros, pero a esta provincia se le niega el pan y la sal. Es tal esa morterada de dinero que Hacienda ingresa más que hace siete años que en billetes de cincuenta euros llenaría sesenta camiones grandes, de cincuenta metros cúbicos de capacidad cada uno. Y de todo ese enorme pastel, a Salamanca le tocan 12 milloncejos, que caben en una maleta de viaje.
Menos mal que tanto la Junta de Castilla y León como la Diputación y los ayuntamientos de la provincia están echando el resto, y en este primer semestre han invertido en obras sesenta millones de euros, con incrementos sobre el año anterior del 13 % en el caso del Gobierno regional y del 162 % en el caso de la Salina y los consistorios.
Los salmantinos nos seguiremos preguntando a dónde van esas decenas de miles de millones que rebosan las cajas fuertes de los ministerios sanchistas. Es uno de los grandes misterios del universo, junto al origen de la vida y el sentido de la existencia.
Lo que no es ningún misterio es en qué ocupa nuestro amado ministro Puente su tiempo libre. Además de a tuitear a todo lo que se mueve, el ministro vallisoletano dedica sus horas a buscar mentiras en los currículos de dirigentes del PP, olvidándose de su vicepresidencia 'fake' de la desconocida e inoperativa Organización Iberoamericana de Cooperación Intermunicipal (OICI) y de su máster de madera de una escuela del PSOE.
Y que conste que en su caso, lo de menos son los títulos. Lo que nos importa aquí es que se ponga manos a la obra, se deje de puyas y comentarios frívolos y ejecute de una vez por todas las muchas obras que tiene pendientes en esta provincia.